Teresa Izquierdo fallece a los 77 años, Su sonrisa tímida y pícara a la vez. Su conversación fraterna. La manera en que recibía a sus comensales indicándoles las mejores combinaciones para el paladar. Se extrañará a una de las grandes figuras que hicieron posible que la gastronomía peruana alcance fama mundial, Teresa Izquierdo. La más célebre guisandera de nuestra ciudad, la más legendaria de nuestras cocineras criollas, artista del cucharón, maestra de la sazón pura y gran cultora del legado de nuestras cocinas populares , falleció ayer tras una lucha de interminables días. Finalmente la venció una mortal obstrucción intestinal, que le produjo la muerte a los 77 años , en el hospital Edgardo Rebagliati Martins, del distrito de Jesús María. De inmediato, tras la noticia, el ambiente de la gastronomía peruana y de la cultura en general reaccionó con abatimiento. Entristecido, con el dolor en la piel, su amigo personal Gastón Acurio solo atinó a decir: “ No puedo hablar aún, estoy muy afectado, por favor”. Días antes, a través de Facebook, había pedido a sus seguidores rezar por su recuperación. Otro gran cocinero, el chef Javier Wong ||_ no podía con tanta tristeza. “Mi corazón llora porque se ha ido un enorme personaje, será muy difícil que alguien la reemplace” , comentó, consternado. La estudiosa I sabel Álvarez , otra de sus grandes amigas, indicó que personas como ella no se van, dejan su legado, sus enseñanzas. Según dijo, su entrega quedará impregnada en la culinaria del pueblo. Agregó que cocineras como Izquierdo representan la alegría de lo criollo y las cocinas populares. Teresa Izquierdo ||_ que se enorgullecía de dirigir El Rincón Que No Conoces, solía contar a sus amigos algunos secretos para preparar una suculenta patita con maní, un mondonguito de respeto, una patasca digna de atacar y, sobre todo, un frejol con seco de cabrito al que nadie podía resistir. Figura principal de Mistura, esa fiesta de la culinaria peruana, no dejó de asistir ni un solo día a esa feria gastronómica, realizada en setiembre del año pasado: “Terminé cansada, viví momentos de tensión por entregar lo mejor, pero lo hice y finalmente quedé alegre por eso”, dijo en aquella ocasión. La entrañable Teresa fue condecorada en mayo por su aporte a la cocina peruana con creatividad y sensibilidad, junto a Javier Wong, Pedro Solari y Humberto Sato. E l Estado reconoció así sus méritos. Pero miles de peruanos ya le habían rendido tributo dándole un lugar en la memoria y las eternas gracias de los paladares.