El caserío piurano Lágrimas de Curumuy depende enteramente de la agricultura: arroz, limón, mango y banano orgánico. Ante la escasez de agua, Feliciano Vílchez y otros moradores pasan el día intentando obtener sobrantes que quedan en los drenes de evacuación de las dos agroindustrias asentadas en la zona.
Con este desesperado esfuerzo, buscan salvar el 20% de lo sembrado durante la campaña chica. Vílchez señala que los hombres de campo han hecho una inversión de 17.000 soles por hectárea de arroz, dinero que ahora ven imposible de recuperar. Esta situación se replica en todos los caseríos aledaños.
“Nos afectó la sequía y antes nos afectó la inundación. Somos los últimos. El más perjudicado siempre es el pequeño agricultor. Nuestro producto ya no va a rendir, todas las hectáreas de terreno están amarillas. El Gobierno dice ‘le vamos a dar un bono al agricultor’, pero ese bono nunca llega”, dice Feliciano.
Apenado, añade que la mayoría de los agricultores recién estaban saliendo de sus deudas con los bancos tras la calamidad que provocó el ciclón Yaku. Ahora volverán a llenarse de deudas. Es un ciclo interminable de desventuras desde el fenómeno El Niño Costero del 2017.
Se seca. Poechos tiene las reservas más bajas en 90 años. Nadie asume la responsabilidad de esto. Foto: La República
La región Piura viene enfrentando un déficit hídrico nunca visto en 90 años de registro. El reservorio de Poechos, la principal fuente de agua para un millón y medio de habitantes de las provincias de Piura, Paita, Talara y Sullana, además de tres juntas de usuarios, se encuentra en un nivel crítico.
Para fines de setiembre, el Proyecto Especial Chira Piura (PECHP), institución administrada por el Gobierno regional y encargada de almacenar el agua en el reservorio, informó que la infraestructura hidráulica almacenaba un poco más de 90 millones de metros cúbicos. Este era un panorama alarmante que motivó que se pida la declaratoria de emergencia.
Sin embargo, en octubre se dio a conocer una nueva medición, luego de que el PECHP accediera a los resultados preliminares de un estudio de batimetría: el reservorio solo contaría con un poco más de 14 millones de metros cúbicos de agua. Esto significaba que el recurso hídrico solo estaría disponible para el consumo poblacional para lo que queda del 2024. Así se inició un conflicto por el agua que tiene como grandes perdedores a los agricultores.
Miles de hombres de campo han perdido sus cultivos por la crisis hídrica. Foto: La República
Macario Silva, miembro del Consejo Directivo del PECHP y también presidente de la Junta Regional de Usuarios de Piura y Tumbes, sostiene que más de 100.000 usuarios se hallan en riesgo debido a la falta de agua para la agricultura. “Si pensamos también en sus familias, hablamos de cerca de medio millón de personas en peligro de quedar desamparados. Habría un desempleo total, escasez y encarecimiento de los productos en los mercados”, estima.
Silva señala que la junta de usuarios del medio y bajo Piura reporta 1.500 hectáreas de maíz dañadas y 1.900 de arroz que se encuentran en riesgo. Específicamente, en el centro poblado Cucungará, en Cura Mori, hay más de 300 hectáreas afectadas. Esto ha generado pérdidas cercanas a los 2,5 millones de soles.
En cuanto a la junta de usuarios de Sechura, son aproximadamente 4.500 hectáreas de maíz y arroz que se podrían secar totalmente si no reciben riego en el corto plazo. En tanto, en el valle del Chira, que acoge en sus tierras al reservorio de Poechos y al afluente que lo alimenta, registra la pérdida de 286 hectáreas y otras 3.500 podrían correr la misma suerte.
“Estamos hablando de 90 millones de soles en pérdidas para los pequeños y medianos agricultores”, asevera Juan Zapata, presidente de la junta de usuarios de este sector.
Hace poco, los agricultores gritaban desde las gradas del estadio Campeones del 36, en Sullana. En el establecimiento deportivo se llevó a cabo una asamblea que reunió a decenas de hombres de campo del valle del Chira.
“Nosotros producimos arroz para exportar, para el mercado interno, para nuestra alimentación. El Estado nos ha dado la espalda, nuestros gobernantes nos han dado la espalda. Los encargados del agua, la ANA (Autoridad Nacional del Agua), la ALA (Autoridad Local del Agua), las juntas (de usuarios) son responsables. Necesitamos al menos un último riego para salvar la siembra”, señala Job Rodríguez, agricultor del distrito de Ignacio Escudero.
En torno a Rodríguez se aglutina un grupo de hombres y mujeres que preguntan en voz alta cómo van a sobrevivir a partir de ahora, qué van a comer sus hijos y cómo pagarán sus deudas con los bancos. “El agro está en crisis desde el Yaku. Las autoridades sabían que se venía un año seco y no hicieron nada”, dice Wilmer Marchena, titular de asociaciones de limón y banano orgánico.
Colas. La población de Piura, Sullana y otras 5 provincias no tienen agua en casa. Foto: La República
El pasado 30 de octubre, más de 50 días después de haber presentado la solicitud y luego de varias protestas, el Gobierno declaró el estado de emergencia por déficit hídrico en 34 distritos de Piura. Sin embargo, fue una medida tardía.
“Si se hubiera declarado la emergencia cuando la pedimos, se hubiera podido salvar, aunque sea, algo de nuestros cultivos con la entrega de las motobombas desde el gobierno regional”, asegura Ángel Yovera, de la comisión de regantes de La Bruja.
El decano del Colegio de Ingenieros de Piura, Hermer Alzamora, señala que, a lo largo de los años, las autoridades han actuado de manera reactiva y no preventiva. No obstante, cree que aún hay tiempo para tomar medidas. Una de las alternativas, dice, es elevar el dique de Poechos para llenar más agua durante la época de lluvias.
Mateo Gómez, presidente de la Cámara de Comercio de Piura, sostiene que la agroindustria no es ajena a la actual crisis; ya que sus reservas de agua se vienen agotando. En esa línea, apuntó que si la restricción del recurso hídrico continúa, podrían verse afectadas 100.000 hectáreas de cultivos permanentes destinados a la exportación, así como 20.000 puestos de trabajo podrían perderse. “El agricultor está adelantando la cosecha, porque la otra opción es perder toda la producción. Están en riesgo los cultivos de uva, mango, banano orgánico e, inclusive, de café".
Asimismo, explica que esto da como resultado una fruta de menor calidad a la prevista, lo cual repercutirá en su precio de venta en el mercado. Una situación similar se vive con el limón, apunta, que “no está terminando de crecer y ya se cae de la planta”.
Por último, Gómez acota que hay otras actividades que sienten el golpe de la escasez de agua, como la construcción y el sector de servicios: restaurantes y hoteles. “Si a la agroexportación le sumamos estos sectores, hablamos de que la falta de agua impactaría en más del 30% del PBI regional”, alertó a La República.
Tras la intervención de la Contraloría, el PECHP actualizó la medición del nivel de agua en Poechos y ahora señalan que existen 45 millones de metros cúbicos, lo cual abastecería a la población por 2 meses.
En un comunicado, el Gobierno regional afirmó que, con este nuevo registro, es posible la distribución por única vez de 15 millones de metros cúbicos a los sembríos del Chira, Sechura y medio y bajo Piura.
No obstante, estas cifras no resultan confiables para la población, pues hay quienes creen que se trata de “una estrategia de las autoridades para calmar la crisis” y atender otras necesidades antes que el consumo humano.