El temor de los liberteños, durante este año, fue que esa región, sobre todo en Trujillo -la ciudad de la eterna primavera- se convirtiera en una nueva Medellín, debido al accionar de los sicarios.
Y es que en La Libertad el sicariato continúa expandiéndose a un ritmo que sorprende y preocupa. Más de 170 asesinatos, la mayoría fueron por encargo.
Sin embargo, en este mismo año también han sido esclarecidos 142 homicidios calificados por proyectil de armas de fuego ejecutados por la supremacía, hegemonía y ventaja, según afirma el coronel Víctor Revoredo, jefe de la Brigada Especial Contra la Criminalidad Nacional y Extranjera.
Precisamente, la seguidilla de crímenes derivó en la conformación de un comité de crisis con el firme objetivo de frenar esta ola de asesinatos que vienen cometiendo organizaciones criminales como Cruz Blanca, rezagos de Los Pulpos, Cruz Verde, Jauría, Nueva Jauría, Los Felpas, entre otros.
De acuerdo a Revoredo, los recientes informes de inteligencia y los cruces de información han permitido determinar a los siguientes sujetos han participado en diversos actos criminales:
El 9 de octubre último se produjo el asesinato por proyectil de arma de fuego, en agravio de Ricardo Rai Tobar Ruiz (19). En tiempo récord, la Policía logró la identificación, ubicación y detención de Juan Felipe Echevarria Quiñones (20), por ser presunto autor del asesinato ocurrido en Trujillo
También las autoridades al mando del coronel Revolredo detuvieron Yan Nill Anderson Ruiz de la Cruz (21); Angie Nicolle Villalba Casas (18); Pierre Luiggi Ruiz de la Cruz (25); Jaime Armando Ruiz Abanto (47), Doris Janet de la Cruz CalderÓn (44), para el esclarecimiento del presunto delito contra el patrimonio robo agravado, con subsecuente muerte, en agravio de Gladys Jhaneth Baltodano Rodríguez (41).
Asimismo, se produjo el homicidio calificado en agravio del adolescente D.S.F.A. (16) estudiante del colegio nacional Las Palmeras. Él tuvo un problema sentimental con el adolescente A.B.V. (15), quien fue intervenido por estar implicado en el asesinato cometido en La Esperanza.
En el medio de toda esta inseguridad, la industria del sicariato crece y capta mano de obra, chicos que matan por poca plata, en medio de bandas que van más allá de la venta de droga y la venganza para incluir delitos como extorsiones que se torna imparable.
Los investigadores consideraron queel 95% de los crímenes que hubo este año “se inscriben en tramas asociadas a organizaciones criminales y/o economías ilegales”.
Y destacan que la violencia está concentrada en algunos barrios, como El Porvenir, Virú, La Esperanza o en Pataz.