El nivel del Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, situado en la región altiplánica de Puno, descendió en 66 centímetros desde abril hasta los primeros días de octubre de 2024, según el último reporte emitido por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi). La situación es preocupante para las autoridades de dicha parte del país.
El titular del Senamhi en Puno, Sixto Flores, precisó que el fuerte calor que alcanza los 27 grados acompañado de la alta radiación provocaron que la superficie del lago Titicaca retroceda entre 100 y 500 metros dejando expuestas cientos de hectáreas de totorales afectando, además, diversas actividades que se realizan en dicho espejo de agua.
“Esta es una situación mayor a la que se registró en el 2023 porque cada día se pierde medio centímetro. Eso quiere decir que para la primera semana de diciembre, por evaporación, (el lago Titicaca) descenderá hasta 85 centímetros aproximadamente”, dijo Flores.
Asimismo, el funcionario señaló que la situación que se prevé hasta fin de año indudablemente, es más de lo que se estimó con relación al año pasado.
Además del tema climatológico, existe otro factor que contribuyó con la actual situación que atraviesa el lago Titicaca. Al respecto, Sixto Flores precisó que los ríos tributarios del lago Titicaca, bajaron en más del 80% su carga hidrológica por falta de lluvias las cuales recién se precipitarán a partir de la quincena de diciembre. Aun así no se recuperará todo lo que se perdió.
“Estas cifras corresponden al 2024, pero desde hace 20 años, cada vez desciende más el nivel del lago. En proyección también llueve cada vez menos”, aseguró.
Según la asociación de lancheros del puerto de Puno, tuvieron que adentrarse 100 metros para zarpar con dirección a las islas del Titicaca porque el lago retrocedió significativamente. Varios embarcaciones se encallaron en el lodo.
De acuerdo con las cifras de monitoreo de la Reserva Nacional del Titicaca, de las 16.000 hectáreas de totorales protegidas, 12.000 se secaron por completo, y 4 de ellas fueron arrasadas por el fuego como consecuencia de la ola de calor.
El titular de la reserva, Víctor Hugo Apaza Vargas, afirmó que en el área afectada no hay fauna y los pobladores ribereños no tienen cómo sacar totora fresca para alimento de su ganado. Esto ha generado a la vez un problema social. Varias comunidades ribereñas están buscando hacerse de áreas secas para fines agrícolas, sin respetar la faja marginal y las áreas de protección.
Por su parte, el biólogo Edmundo Miranda Paca, que durante años ha trabajado en la descontaminación del lago, sostiene que en casi toda la ribera circunlacustre existe un panorama árido a causa de la salinización acelerada por la baja del nivel del agua. Afirma que, si el calor persiste, la solidificación de la tierra, hasta convertirse en suelo firme, no tardará mucho.
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