Nestor Quispez-Asin nació en Lima, pero estudió en Estados Unidos. Primero en la Universidad de Miami, luego en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), así como en otras casas de estudios superiores. Él creció en una familia que vendía productos tecnológicos: su padre y su tío fundaron el Grupo Deltron, cuya marca más famosa en Perú es Advance.
"En las vacaciones, siempre ayudaba a mi padre en la empresa familiar, a cargar los contenedores, a recoger mercancía. Creo que desde ese entonces desarrollé esa afinidad por la tecnología", detalló a la República. Es así que, luego de recibir una importante preparación académica en EE. UU., retornó al país en el que nació para apoyar en la empresa de su familia.
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Quispez-Asin pensó hacer una pasantía de tres meses en la sede de la compañía en Perú, pero se quedó siete años. "Me gustó el negocio familiar y lo que sentía que podía aportar al área de logística y comercial", contó.
Para entonces, entre 2008 y 2009, el Grupo Deltrón ya se había consolidado como el principal mayorista de equipos de cómputo, suministros y componentes tecnológicos en todo el territorio peruano. Es más, la compañía consiguió tener sedes en Chiclayo, Trujillo, Cusco, Arequipa y Huancayo.
Nestor Quispez-Asin estudió en la Universidad de Miami y en el MIT antes de abrir la sede del Grupo Deltron en China. Foto: Francisco Claros/La República
Posteriormente, en 2011, empieza a surgir el negocio de las tablets. Sumado a esto, se vieron en la obligación de enfrentar algunos retos como la calidad de los productos y la customización. Aunque ya tenían en China intermediarios que se encargaban de evaluar ambos aspectos, consideraron que establecerse en el gigante asiático les permitiría tener el "conocimiento real" para aprender los puntos claves y que el negocio sea aún más viable.
"Fue así como llegamos acá (a China), inicialmente en 2009, con mi padre y mi tío en Hong Kong. Unos años después, establecimos la empresa y la fábrica aquí en Shenzhen", relató Nestor Quispez-Asin.
Abrir una fábrica en dicho lugar no fue nada sencillo. Primero, tomaron contacto con compañías en Hong Kong que ayudaban a establecer una sede en dicha zona y, luego, en Shenzhen. Además, ellos ya tenían socios comerciales en China, lo que les ayudó a finiquitar la apertura de su fábrica de tablets en la segunda economía más grande del mundo.
Nestor Quispez-Asin y Carlos Berreondo se conocieron en China y desde hace varios años son socios en su emprendimiento. Foto: Francisco Claros/La República
Actualmente, esta ciudad es considerada el principal centro de insdutria tecnológica de China. Incluso, se le conoce como el 'Silicon Valley' chino dado que alberga las sedes de las principales empresas de tecnología del gigante asiático, como Huawei o Tencent.
"Shenzhen es la capital del hardware de tecnología en el mundo y eso puede ser para bien, si uno lo sabe administrar, pero también puede ser un motivo de cometer errores porque hay todo tipo de calidad a todo tipo de precio (...) Hoy en día, Shenzhen ya es una ciudad totalmente distinta a la cual encontré cuando recién vine a establecerme acá hace ocho años. Es un lugar sumamente moderno (...), hace 20 años no era nada así, era todo lo contrario", explicó.
De acuerdo con Nestor Quispez-Asin, la proximidad de esta metrópoli con Hong Kong y Guangzhou, así como su efectivo sistema de puentes, puertos y carreteras, hace que sea un destino interesante y clave para hacer negocios, sobre todo en tecnología.
"Shenzhen sigue siendo el epicentro de la tecnología de la información para todo tipo de producto: desde el mouse más básico hasta las pantallas interactivas más complejas", agregó.
En la fábrica de la empresa de Nestor Quispez-Asin se fabrica y prueba la calidad de las tablets. Foto: Francisco Claros/La República
Esta compañía que opera en China se denomina Shenzhen Microsource Electronics Techonology Co., Ltd. Forma parte del Grupo Deltrón y en su sede en Shenzhen se asegura la calidad y la personalización de los diseños de sus productos para el mercado de América Latina.
"Es de gran orgullo ser peruano y vivir en China, estar conectado con otros extranjeros que buscamos servir a nuestras comunidades en pro del desarrollo tecnólógico (...) Esta es una comunidad que te permite compartir conocimientos, hay apertura en los proveedores y clientes", sentenció.
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Al igual que Nestor Quispez-Asin, Carlos Berreondo creció en una familia que se dedica a la venta de productos tecnológicos. Él nació en Guatemala y lleva casi 30 años viviendo en China.
Berreondo abrió su negocio con sus hermanos en 1986. Al principio, viajaban constantemente a Miami, Estados Unidos, para comprar los artículos necesarios para sus productos, pero con el tiempo decidieron dar el salto hacia China para adquirir dichos componentes. Así pudo conocer el impuslo tecnológico de Shenzhen.
Al igual que Nestor Quispez-Asin, Carlos Berreondo se vinculó al mundo de la tecnología desde muy joven. Foto: Francisco Claros/La República
Durante sus visita al país asiático, conoció a Quispez-Asin. Su amistad se fortaleció al punto de que, en 2013, decidieron arrancar el proyecto de abrir su propia fábrica de tablets y control de calidad de otros productos tecnológicos.
Él es responsable de evaluar a detalle la calidad de cada elemento que se emplea en la producción de sus artículos. "Desde el diseño del producto, los componentes que deben llevar, se hace un análisis de uno por uno para evaluar la calidad y el precio que pueda tener. Con una combinación de esos componentes, nos hace llegar a una calidad óptima al menor costo posible", detalló a este medio.
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Esta labor ha contribuido a que la compañía pueda recibir la certificación ISO 9001:2015. Así, han expandido su comercialización de sus artículos no solo en Perú, sino también en otros países de Sudamérica y Europa. También han conseguido que su marca Teros se posicione como líder en la venta de monitores gamer.
"(Venir a China) es un reto interesante. Todos aquellos emprendedores pueden hacerlo, todo está en querer hacerlo. Obviamente, tienen que planificar, llevar su proceso de emprendimiento. (....) Pero (China) sí es un país de muchas oportunidades. Eso es lo más importante (...) El propio Gobierno facilita mucho a que se puedan generar nuevos proyectos, apoya a las empresas, y eso es bien importante", sentenció.