Cada año, cientos de devotos visitan el cerro San Cristóbal, en el distrito de Rímac, durante la Semana Santa. Niños, jóvenes y adultos recorren el estrecho y extenso camino con el objetivo de llegar a la cima para pedir salud, trabajo y bienestar para sus familias. Los comerciantes también llegan al cerro para ganar algo de dinero durante estas fechas.
A pesar del intenso sol, los comerciantes aprovechan la Semana Santa para vender sus productos y ganar algo de dinero. Durante el recorrido, nos encontramos con un puesto de 'piedritas bendecidas' y 'piedritas de buenos deseos', en donde la atracción principal es un simpático cerdito considerado como el 'chanchito de la suerte', ya que los devotos se acercaban a comprar para acariciar al animalito.
Encontramos a Elizabeth, quien desde hace 17 años viene desde el distrito de Comas a vender guaguas, una costumbre proveniente de Ayacucho. Ella explicó que la preparación es similar a la del pan, diferenciándose en que tienen que decorarlas con grageas.
Cerca de ella se encuentra Cecilia, conocida como la 'Reina de la Chicha' y la 'Morena de los Panchos'. Ella invita a todo el público que visite el cerro San Cristóbal a probar las delicias que preparan en cada puesto. Los visitantes disfrutan de cada producto que encuentran en el camino: Chanco al palo, amuletos, bebidas, entre otros.
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Desde tempranas horas de la mañana, el fervor de las familias llega a visitar el cerro desde distintas partes de Lima, como un signo de revivir los momentos que vivió Cristo al pagar por nuestros pecados. Es una manera de retribuir lo que Él hizo por todos, manifiestan los visitantes.
El Cerro San Cristóbal es un símbolo de fe, donde las personas piden por sus familiares, congregando a miles de personas de todas las edades, quienes tienen la tradición de ir cada año. Durante todo el recorrido se encuentran 14 cruces.
Aproximadamente se caminan 8 km para llegar a la cruz mayor, que mide 20 metros. Es un acto de amor a Dios que muestran en estas fechas. Las familias que visitan tienen un pedido en común: paz y estabilidad para todo el país.
El Cristo Cholo, una tradicional representación peruana de Jesucristo a cargo del actor Mario Valencia, quien lleva más de 40 años escenificando, recorrió las principales calles del centro histórico de Lima hasta ascender al cerro San Cristóbal, donde se lleva a cabo la parte de la crucifixión y lo esperan miles de personas con velas. Valencia expresa su deseo de que Dios le permita seguir por muchos años más y que cada año reciba aún más visitantes.
Durante todo el trayecto de la conmemoración en estas fechas, la Municipalidad de Lima, junto con la de Rímac, hicieron presencia los efectivos de serenazgo, quienes fueron los encargados de brindar seguridad y orden para que todo transcurriera de manera adecuada.