Durante un operativo de la Policía Nacional, que se llevó a cabo en la madrugada de este lunes, en el distrito de San Juan de Miraflores, se descubrió un escondite utilizado por una peligrosa organización criminal dedicada a la extorsión y al cobro de cupos a trabajadoras sexuales. La incursión de los agentes se vio interrumpida por la detonación de una granada de guerra, hecho que provocó dos fallecidos y ocho heridos. Uno de los que perdieron la vida fue identificado como Carlos Enrique Escobar Álvarez, de nacionalidad venezolana.
Tras lo sucedido, efectivos de la Policía Nacional ingresaron a la morada, un edificio de cuatro pisos, y encontraron un arsenal de materiales ilegales, que incluían cartuchos de bala y estupefacientes. Este hallazgo confirma la peligrosidad y la magnitud de las actividades delictivas que se desarrollaban en la zona.
Los vecinos aseguran que dentro del inmueble había un aproximado de 20 residentes, entre adultos y menores de edad, pero solo algunos resultaron heridos. Por otro lado, se tiene registro de que la banda criminal estaría conformada por personas de nacionalidad venezolana y justamente uno de los fallecidos sería el cabecilla.
Se espera que la dueña de la propiedad, cuya identidad aún no ha sido revelada, colabore con las autoridades proporcionando información acerca de quiénes alquilaban su casa. Este testimonio podría arrojar luz sobre la identidad y la organización de los criminales que utilizaban la vivienda como centro de operaciones.
Entre los heridos se encuentran Alfredo José Rodríguez Moreno, Manuel Vitale Rodríguez, Daniel Solís del Toro, Mailin Adriana Morales Bermúdez, Daylin Rodríguez del Valle Mejía y Angel David Rodríguez León, quienes sufrieron múltiples heridas a causa de la explosión. Lamentablemente, una de las víctimas, identificada como María Ángel Díaz Castillo, llegó sin signos vitales al hospital.
Aún se continúan realizando las investigaciones del hecho para esclarecer cómo es que se originó y la implicancia de otros individuos. La hipótesis inicial es que dentro del inmueble se estuvo manipulando, irresponsablemente, la granada que en un momento inesperado estalló.
Otra de las informaciones que se dieron fue que este grupo criminal cometían explotación sexual y extorsionaban a mujeres. Las amenazaban para que pagaran cupos. Esto fue corroborado luego de que un grupo de trabajadoras sexuales declarara ante la policía.