Todo comenzó con una llamada telefónica de una de las víctimas. “Me dijo que no las dejara solas, que las sacara de allí”, recuerda un agente encubierto de la Diviac a quien una de las jóvenes víctimas de trata le imploró ayuda para salir de la “casa de acogida”, en Lambayeque, donde se hallaba cautiva. En ese lugar, ella y otras nueve jóvenes eran sometidas a explotación sexual, maltrato, amenazas y hasta tortura.
Una de ellas incluso habría sido testigo del crimen de un joven transexual ecuatoriano de 21 años, llamado Stephany, quien venía dedicándose a la prostitución en el hostal HM1.
Ese fue el inicio de todo. Así se logró conocer los nombres de los principales miembros de la organización criminal ‘Los Hijos de Dios’, la cual fue desarticulada en una operación que contó con la colaboración de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (EE. UU. HSI).
Hasta el momento, 22 miembros de esta red dedicada a la explotación sexual han sido capturados. Faltan 28, entre ellos, el cabecilla que maneja operaciones en Perú y Colombia.
Ellos coordinaban acciones con nueve internos recluidos en los penales de Challapalca, Cochamarca, Ancón I, Pucallpa, Castro Castro y Chincha.
Esta facción del ‘Tren de Aragua’ venía operando desde junio del 2022 con roles repartidos entre mandos principales y mandos medios.
Captaban a mujeres mayores y menores de edad en Venezuela y Colombia, quienes por necesidad aceptaban ‘ofertas de trabajo’ y luego, al llegar al Perú, recibían multas de hasta S/20.000.
Después, bajo amenazas, las llevaban a diversas plazas de explotación sexual de Lima, Ica, San Martín, Ucayali y Lambayeque. En estos lugares, las víctimas eran vigiladas para que no escapen y cumplan las reglas.
Todas las jóvenes, por temor a ser agredidas o que atenten contra sus familias, tenían que realizar un primer pago de S/250 por la llegada a la plaza, y luego un pago semanal de S/250 por el uso de la plaza.
Y como si fuera poco, las llevaban a ‘casas de acogida’ de sus explotadores donde les arrebataban el celular y el dinero, y en el caso de no llevar el mínimo o incumplir alguna regla, eran agredidas o encerradas en cuartos sin agua ni comida.
Incluso eran golpeadas y torturadas. Se cree que algunas habrían sido asesinadas.
La organización criminal tiene una estructura cuyo cabecilla transnacional es el venezolano Enyer Durand Mujica, alias HD, quien a la vez, en cada zona regional de explotación sexual, cuenta con un jefe de plaza.
En las zonas de Jorge Chávez y Breña, en Lima, tiene como jefe de plaza a Daiverson Moncada Rodríguez, alias Bebé; en Lima sur, las zonas de San Juan de Miraflores, Mall Lima Sur y Gallo más Gallo, son comandada por Wilkeiber Pérez Carrillo, alias Wilbeiber.
Asimismo, en Pisco y Chincha tienen como jefe a Pedro Leal Lizacano (a) Pedro; en Huancavelica, Pangoa y Pucallpa lidera Owen Corcega Díaz; y en Chiclayo está Kevin Vásquez, alias Pito.
Otros roles. Fuentes de la Fiscalía revelaron que los jefes de plaza tienen a su mando otros miembros que cumplen roles de captación, acogida, traslado y seguridad. Las víctimas son obligadas a trabajar de 10.00 a.m. hasta las 11.00 p.m.