“¡Dios mío, controla este infierno!”, imploró Filomena Buendía, una vecina de Lurín; mientras miraba al cielo cubierto de humo negro, a unos dos kilómetros del epicentro de la emergencia. Era una mujer impotente y llena de angustia al ver que, a esas alturas del día, doce horas después del incendio ocurrido en un almacén de llantas, el fuego recién se apagaba tras el intenso trabajo de 200 bomberos.
Las llamas consumieron todo y la densa humareda contaminó el aire de por lo menos 20 urbanizaciones colindantes.
Según el Senamhi, se prevé que el material contaminante se dirija al noreste de Lima. Y se advirtió que los neumáticos contienen altos niveles de zinc y cloro, que si se queman y no se tiene la protección adecuada, son muy peligrosos. Hasta podría convertirse en un desastre ecológico.
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El incendio arrasó con el depósito de dos hectáreas, que sería de la empresa JHC Llantas, ubicada en la calle Los Cedros, de la urbanización Huertos de Villena.
Las llamas que, por momentos, alcanzaron los 40 metros de altura, con columnas de humo negro, fueron visibles desde Pachacámac, Villa El Salvador y otros balnearios del sur de Lima.
Gran labor. Bomberos trabajaron durante toda la madrugada. Foto: difusión
No hubo heridos, aunque al menos 18 bomberos tuvieron que ser asistidos con oxígeno por principios de asfixia, debido a las muy complicadas condiciones de trabajo en el lugar.
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Por ahora se desconoce la causa real del incendio. No obstante, se presume que pudo haber sido provocado por la caída de un artefacto pirotécnico en un área con material inflamable.
Más de 45 unidades de varias compañías del Cuerpo General de Bomberos llegaron hasta el depósito, el cual no tenía un pozo ni una bomba contra incendios, pese a que son obligatorios. Solo había extintores.
“Encima del almacén había líneas de alta tensión de Luz del Sur. Cuando llegamos estaban energizados, hablamos de 10.000 voltios, tuve que retirar al personal por prevención porque no quería tener problemas ni fallecidos”, contó el brigadier mayor Jaime Palacios Ferrari, jefe departamental del Cuerpo de Bomberos de Lima Sur.
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Detalló que los propietarios del almacén ordenaron a sus trabajadores poner a buen recaudo las llantas, sin dotarlos de trajes de protección. “Al final, nos impedían el paso de las unidades y el trabajo interno”, agregó.
Inspección. Personal de Sunafil encontró serias deficiencias. Foto: difusión
También contó que, anecdóticamente, hace un mes los bomberos se ofrecieron a dar una capacitación de seguridad a los trabajadores del almacén, pero estos se negaron.
El gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Lurín, Martín Román, aseguró que la empresa no tenía permiso edil para funcionar y dejó entrever que si tenían autorización del municipio de Pachacámac.
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Además, confirmó que no contaban con las medidas de seguridad ni nada capacitación.
Por su parte, inspectores de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) ya viene investigando las causas del incendio y verificará si los trabajadores han sido afectados.
La intendenta de Lima Metropolitana de la Sunafil, Linda Roncal, encontró a los trabajadores tratando de trasladar llantas a un lugar aledaño. Al no contar con el equipo de protección y seguridad adecuado, se ordenó paralizar estas labores.