'Cho' es una voz que se escucha con asiduidad en algunas partes de la selva norte y en un distrito de la región Áncash. Sin embargo, según la latitud, existen diferencias sustanciales que hacen único su uso, tanto en Moyobamba como en Pallasca. Esto lo explicó el consultor en temas idiomáticos, Bernardo Rafael Álvarez.
El también escritor y abogado señaló, por ejemplo, que la voz ‘cho’ se emplea para llamar la atención de alguien, aunque también es un equivalente de ‘amigo’. “(Se usa) con el significado de interjección, como una especie de ‘ey’ viene a ser el ‘cho’, pero también tiene una relación como sinónimo de amigo”, dijo el profesional a este diario.
La principal diferencia entre Pallasca y Moyobamba es que en la primera localidad se emplea como apócope de “cholo”, en sentido eufemístico y no peyorativo, y se usa exclusivamente para referirse a un varón. A las mujeres, se les llama ‘chi’, por 'china'. Mientras que en la capital de San Martín, ‘cho’ comprende a ambos sexos.
Otra precisión es que los pallasquinos lo aplican para personas de la misma edad o de su entera confianza, así como de mayores a menores, nunca al revés; y los moyobambinos, indistintamente.
Rafael Álvarez apunta en su 'Diccionario pallasquino' que inicialmente se le atribuyó su origen a la extinta lengua culli o culle, por el trabajo de acopio del presbítero Teodoro Meléndez Gonzales en una lista de 19 voces (1915), la cual pasó a manos de Santiago Antúnez de Mayolo y, 20 años después, al francés Paul Rivet.
El escritor para esta aseveración tuvo con sustento un diccionario de 1915, el cual conserva en su biblioteca personal, pero también refiere a un 'Diccionario de autoridades' (1729), donde se registra 'cho' como una expresión para detener a los caballos.
No obstante, lo último que —asegura— respalda su postura es la publicación en la web de la Real Academia Española del 'Diccionario histórico del español de Canarias', donde ‘cho’ adquiere el significado de ‘señor’ y ‘cha’, el de ‘señora’.