Vivieron una pesadilla. Un comerciante denunció que era víctima de extorsionadores y le exigían la suma de S/100.000 para no atentar contra la vida de sus seres queridos, por lo que confió en Paul Giusepi Galarza Olaya, a quien había conocido hace un año, pero grande fue su sorpresa cuando descubrió que este policía era el cabecilla de la organización criminal.
La víctima se acercó a la comisaría de Barboncitos, en San Martín de Porres, para denunciar que recibió una carta con información de sus hijos y unas balas que decía que “ya tienen nombre”. Los sujetos sabían todos los movimientos de su familia. Incluso, dispararon 10 veces en la puerta de su casa. No obstante, Galarza le sugirió que pagara el monto.
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Incluso, la víctima le contó todas las amenazas que recibían por llamadas y mensaje de texto, pero este policía no les proporcionaba la ayuda necesaria. Así, sospecharon del oficial en cuestión. Por ello, colocaron su denuncia ante la División Antisecuestros de la Dirincri.
Este suboficial conocía la casa y la ferretería del empresario desde hace un año. En ese contexto, la confianza entre ambos crece, pero el policía Paul Giusepi Galarza Olaya solo se habría aprovechado de esta situación.
“Él era el encargado, los ojos y oídos de esta agrupación criminal dedicada a la extorsión (…) En la entrega del dinero nos sorprendió la presencia de este funcionario”, manifestó el jefe de la División Antisecuestros, coronel PNP Johnny Huamán.
Los agentes PNP realizaron un rastreo de las llamadas, por lo cual detectaron que provenía desde un car wash en San Martín de Porres.