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Sociedad

Dueña de casa de Hello Kitty en Perú: “Nunca he dejado morir a mi niña interior”

La odontóloga Janet Miranda, desde pequeña, anhelaba construir el hogar de sus sueños inspirado en Hello Kitty. Ha decorado desde la fachada hasta los artefactos con el rostro de la gatita. Conoce su historia.

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Vivienda se ubicada en la urbanización Sol de Pimentel. Foto: composición Jazmín Ceras LR / E. Moreno/R. Quincho/La República

Hello Kitty en Chiclayo. Ollas, cubiertos, cafeteras, tazas, muebles, ropa e incluso la fachada. Cada espacio aquí está inspirado en Hello Kitty, personaje de origen japonés creado por Yuko Shimizu en los años setenta. Es el sueño de Janet Miranda Gómez hecho realidad hace ocho años. "Esto lo imaginé cuando era niña", señala a La República.

La casa de Hello Kitty no está en Asia, sino en el norte del Perú, en la urbanización Sol de Pimentel, Chiclayo. Janet, odontóloga y animalista, ha reunido artículos de colección de Japón, Corea, Malasia y Estados Unidos. "En el Perú hay proveedoras, cuatro o cinco; es difícil conseguir", comenta.

Su vida cambió el día que una compañera de escuela le regaló una regleta tridimensional con la imagen del anime. Aunque su madre la obligó a devolverla, Janet se convenció en ese momento de su afición. Ese fue el punto de inicio de todo esto.

“Siempre quise mostrar lo que me gusta en mi casa. Yo veo y digo ‘estoy llegando a mi rinconcito, al lugar donde me engrío y me siento feliz’. Nunca he dejado morir a mi niña interior. Llego a mi casa y, muchas veces, juego porque tengo muñecos y cosas. Me doy un tiempo para eso”, detalla emocionada.

El rosa, rojo y blanco que invade las paredes, muebles, electrodomésticos y cada esquina de su vivienda demuestran lo viva que está su infancia dentro de su mente y corazón. “La casa es así siempre, todos los días”, recalca. También se pueden encontrar decenas de muñecas de Hello Kitty de diferentes tamaños, cada una diseñada para una ocasión especial.

Más que una afición

Janet sabe que, además, así les regala sonrisas a los pequeños. “A mí me gusta más escuchar el comentario de un niño que el de un adulto. He visto en las redes sociales que los adultos dicen ‘por qué esa casa’, ‘yo jamás lo haría por más que sea fan’. No, a mí me gustan de los niños. He escuchado a más niños pasar por acá y decir ‘mamá, quiero una casa así cuando sea grande’. Me encanta”, añade.

Janet muestra gustosa una parte de su colección. Foto: E. Moreno/R. Quincho/La República

Esta experiencia también es un nexo con la mujer que le dio la vida. “Hace dos años perdí a mi madre. En ese momento pensé en escapar, pero después me di cuenta de que esto lo había hecho justo para engreír a esa niña que se quedó sola. Mucho más aún los recuerdos que tengo de mi madre acá. Esto me lleva a inspirarme aún más, a hacer cosas para mi niña interior y para las niñas a las que les guste Hello Kitty. Así sean adultas, siguen siendo niñas, porque esto está aquí (señala su corazón), no aquí (se toca la cabeza)”, relata.

Esta singular historia también tiene un objetivo solidario. Ha rescatado dos perros y cuatro gatos. "Me gusta la adopción, trato de apoyar en lo posible. Dios mediante, quiero hacer un proyecto y esta casa va a servir para ello. Siempre he dicho que Hello Kitty nos va a ayudar a unir a más personas. Hacer un museo para recaudar fondos", expresa.

Es la vida y el sueño de Janet Miranda, dueña no solo de la casa de Hello Kitty en Perú, sino de un corazón solidario que no pierde la magia de la infancia.