Por: Luis Álvarez y Rosario Rojas
Cusco. Con una mirada extraviada, quizá por la impotencia de haber perdido al segundo de sus cinco hijos, José Flórez Huamán intenta buscar una respuesta a su dolor. Su descendiente Rosalino Flórez Valverde (22) falleció luego de luchar dos meses por su vida, tras haber sido impactado por 36 perdigones en el cuerpo, en medio de las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte.
Era la tarde del pasado 11 de enero. Rosalino, joven estudiante de gastronomía, junto a su hermano Juan José, participaron de las protestas en Cusco contra el Gobierno de turno y el Congreso de la República. Una vez llegado a la avenida 28 de julio, el joven recibió el impacto de una ráfaga de perdigones a manos de un policía, quien le disparó a pocos metros de distancia. El hecho fue registrado por las cámaras de seguridad de la zona.
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Un total de 36 perdigones se alojaron en su cuerpo y fue llevado a una cama de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Antonio Lorena de esa ciudad. Posteriormente, por la gravedad de sus heridas, fue evacuado al nosocomio Arzobispo Loayza de Lima, donde se recuperaba lentamente.
Su progenitor, José Flórez Huamán, al promediar las 6.00 p. m. del último martes, recibió la triste noticia de que su hijo no resistió a una infección generalizada y dejó de existir en el hospital capitalino.
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Acongojado, el padre, en Cusco, dejó por un momento su dolor para dirigirse a la colectividad y pedir justicia por la vida de su hijo. Responsabiliza de los hechos a la presidente Dina Boluarte, así como a la Policía que le disparó cruelmente. Desconoce si existe una investigación en el Ministerio Público por los sucesos que derivaron a la muerte de Rosalino. “Pido justicia, la presidenta debe renunciar (…) hay tantas muertes, heridos, pido por ellos y por lo que pasó con mi hijo” refirió el progenitor.
Mientras tanto, en Lima, la madre y el hermano de Rosalino, y el abogado de IDL que lleva el caso, Juan José Quispe, revelaron que el estudiante ya solo agonizaba, pues los objetos de metal habían afectado demasiado su aparato digestivo.
“Esta investigación será larga, porque no hay colaboración de las autoridades —advirtió el abogado—. Para los familiares de Rosalino es necesario saber quién le disparó tan cerca y por la espalda, y que la fiscal exija a la presidenta que revele cuándo y cómo se estableció que deberían actuar las fuerzas del orden”.
Luego, Juan José, el hermano de Rosalino, denunció un seguimiento en su contra cada vez que preguntaba por él.
Don José solicitó apoyo para trasladar el cuerpo de Rosalino de Lima, donde su hijo mayor y esposa realizan los trámites, para que pueda ser enterrado en su comunidad de origen, en el distrito cusqueño de San Jerónimo. “A las autoridades, ojalá nos puedan ayudar con una ambulancia aérea para que mi hijo venga y lo podamos recibir”, apuntó.
De acuerdo a lo informado, el traslado del cuerpo del estudiante de gastronomía partiría de Lima a Cusco a la 1.00 p. m. de este jueves. Sería trasladado a la Plaza Mayor de Cusco, como señal de protesta, luego conducido a la Municipalidad Distrital de San Jerónimo, donde será velado.
La noche en que Rosalino cayó herido, se informó la muerte del dirigente Remo Candia, manifestante que pereció en el Hospital Antonio Lorena, producto por impacto de proyectil de arma de fuego. Un caso cuya investigación no avanza.
Trámites. Leonarda Valverde, madre de Rosalino, había llegado a Lima con la esperanza de acompañar la recuperación del joven, pero solo trasladará su cadáver. Ella y el abogado Juan José Quispe participaron ayer en la necropsia.