El 5 de febrero, los huaicos arrasaron los pueblos de San Martín, Miski, Pampaylima y Secocha, ubicados en la quebrada de Posco. No son los únicos pueblos en peligro por desastres naturales.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa), en convenio con profesionales de la Universidad de Colorado de Estados Unidos, identificó zonas altamente vulnerables en cinco provincias de la región Arequipa y elaboró mapas de peligros para alrededor de diez lugares en situación de riesgo ante desastres naturales. Se trata de espacios donde hay población asentada, lo que incrementa el peligro de que sufran daños.
Ahí están Secocha, Alto Molino y San Juan de Chorunga en el valle del Río Ocoña que recorre las provincias de Camaná y Condesuyos. El riesgo es, como ya ha quedado en evidencia, su vulnerabilidad ante huaicos y también sismos.
Uno de los investigadores principales del proyecto, Guido Salas Álvarez, explicó a La República que en Secocha se identificó que en los asentamientos mineros informales se dejaba una cantidad importante de material disuelto y todo eso era depositado en la quebrada. Ese material se deslizó con el huaico, provocando que este sea aún más devastador. “Todas las viviendas que se han construido de material noble, han estado sujetas a este evento de flujo de detritos. Por lo que dice la literatura de Ingemmet, esto tiene una recurrencia de cada 20 años”, explicó.
Además de Secocha, otros sectores en riesgo ante los desastres naturales, son el sector de Congata en el distrito de Uchumayo. En esta zona ubicada en la ciudad, el riesgo es por la caída de rocas. También se identificó como área en peligro el sector de El Pedregal en el distrito de Majes, donde puede haber desprendimiento de rocas y deslizamiento de tierras. Este mismo riesgo corren las poblaciones asentadas en la provincia de Camaná, Mollendo y Matarani en la provincia de Islay y Chala en Caravelí.
Entre tanto, uno de los sectores en mayor riesgo es el distrito de Achoma en Caylloma ante los deslizamientos de tierras. También Chivay y Maca.
El deslizamiento de terreno en Achoma ocurrió en junio del año 2020. De acuerdo a Ingemmet, fue de tipo rotacional, con lo que 40 hectáreas de terreno de cultivo se deslizaron en dirección del río Colca.
En estos cinco puntos se resalta que todos tienen ocupación de la población.
Salas contó que, tras la identificación de estas zonas en peligro, se elaboraron mapas de riesgo con el objetivo de mostrarle a los ciudadanos de las áreas involucradas, el peligro en el que se encuentran y que tomen conciencia. Esta acción la están haciendo en el distrito de Achoma, donde expusieron los mapas satelitales.
“Lo importante es que se difunda a la población y tenga un alcance social hacia las comunidades, de tal forma que todos los gobiernos, ayuden a prevenir y se preparen adecuadamente para los desastres naturales”, indicó.
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Salas manifestó que es importante que el gobierno regional y los locales tomen en cuenta los mapas de riesgos para alertar a la población e impedir que las zonas en riesgo sigan poblándose. El Gobierno tiene que ubicar zonas de refugio.
El gran obstáculo en este punto es la resistencia de las personas que ya habitan en esas zonas a trasladarse a otro lugar, especialmente de las zonas mineras, donde su medio de vida es la extracción del oro.
De acuerdo al estudio, estos peligros geológicos también podrían convertirse en fuente de otros problemas.
Estudios elaborados por el docente Rolando Quispe y sus colegas rastrearon mercurio y otros metales tóxicos en suelos poco profundos en Secocha. Por lo que advirtieron que las inundaciones y huaicos podrían trasladar esos materiales a zonas más bajas y cercanas al río Ocoña.
El mercurio es un metal pesado que utilizan los mineros para procesar el oro en sus molinos de piedra.