Secocha es uno de los centros mineros artesanales más grandes del país. Ubicado en el distrito de Nicolás Valcárcel, provincia arequipeña de Camaná, este asentamiento humano fue barrido hace dos semanas por un huaico que se abrió paso por la zona urbana. Las cicatrices del desastre aún son visibles: escombros en las calles y familias que duermen en módulos temporales montados por Defensa Civil. El alud enterró sus viviendas y enseres.
La asociación civil Hombro a Hombro, entregó en los últimos días 37 toneladas, entre alimentos, agua, utensilios de casa, ropa, etc.
El martes pasado, las autoridades locales recibieron 25 toneladas, la segunda remesa del donativo. Mil cien de ellas son canastas familiares con raciones para una semana y cuatro integrantes. A esta solidaridad también se sumó el de la asociación Giveme Fund Help que donó 2,300 cajas que contenían ropa y zapatillas.
El cargamento arribó en dos camiones y se entregó al Instituto de Defensa Civil y al alcalde de Nicolás Valcárcel, William Alvarado. Estas autoridades serán las encargadas de repartirla a las familias damnificadas. Los pobladores se encargaron de descargar el cargamento y ser testigos de esta entrega para fiscalizar la distribución.
Cicatriz del desastre. Calles siguen con los escombros. Foto: Rodrigo Talavera/ LR
El director ejecutivo de Hombro a Hombro, Juan Manuel Arribas, señaló que la donación la entregaron sesenta empresas privadas que, a través de la asociación civil, canalizan sus apoyos en periodos de desastres naturales.
Hombro a Hombro trabaja desde 2017, ese año el país fue afectado por el Niño Costero y miles de familias también lo perdieron todo por las inundaciones en el norte peruano. Asistieron a los damnificados del derrame de petróleo en Ventanilla, en donde miles de pescadores no podían hacerse a la mar por la contaminación de crudo. Han socorrido a las víctimas de los terremotos de Sullana, la selva peruana, la erupción del volcán Ubinas, entre otras.
En la pandemia compraron siete plantas de oxígeno y financiaron el transporte del primer millón de vacunas que compró el Estado peruano a China. Arribas sostiene que cuando no trabajan en atención de desastres lo hacen en acciones de prevención. "Cada sol que gastamos en prevención es mucho más rentable que cada canasta de alimentos que entregamos", el director ejecutivo.
Para el representante de Hombro a Hombro, cuando ocurra el gran terremoto en la costa, probablemente no habrá Indeci, ni bomberos. Cada familia deberá enfrentar al monstruo sola. Hay que prepararse para ese escenario identificando zonas de peligro, áreas de evacuación, caja de reservas de alimentos, protocolo familiar,etc, concluye Arribas.