Kevin Daniel, quien le quitó la vida a una menor de 12 años y a un niño de 8 años, tiene antecedentes de tráfico de terreros y de venta de drogas. La PNP lo busca intensamente.
La Policía Nacional del Perú identificó al sicario que asesinó a dos menores, quienes eran hijos de Israel San Román Doroteo, alias 'La Tota', en el distrito de San Miguel. El sujeto más buscado por la PNP se llama Kevin Daniel Espejo Cuya, de 26 años. Cabe indicar que 'Willy' fue uno de los tres criminales (junto a ‘Josecito’ y ‘Bicho’) que salió del auto negro y disparó a la 'Tota' y a toda su familia.
'Willy' en el 2017, cuando tenía 20 años, era conocido como el 'Loquito'. En aquel tiempo, fue detenido en la calle Talara, en la urbanización Migue Grau, en el distrito del Callao.
Kevin Espejo era vinculado a la peligrosa banda chalaca Los Rápidos de Dulanto. Asimismo, cuando fue detenido por la PNP, encontraron en su poder ketes de PBC, dos bolsitas de marihuana, una réplica de arma de fuego, un cuchillo y parte de los bienes robados.
En ese momento, conoció a David Larrea, 'Loco Franco' o 'Loco Pool', y se convirtió en una pieza clave para Los Chuckys del Callao. Luego, en septiembre del 2022, ambos fueron detenidos en la cuadra 3 del jirón Apurímac.
Asimismo, 'Willy' y el 'Loco Franco' fueron intervenidos por tráfico ilegal de armas, tráfico ilícito de drogas y por los presuntos delitos contra el patrimonio en la modalidad de robo agraviado y usurpación de identidad. Sin embargo, fueron liberados.
Es así que los dos delincuentes formaron una alianza estratégica para el control de cupos en San Miguel y el Callao en obras de construcción. De esta manera, 'Willy' se convirtió en el principal gatillero del 'Loco Franco' y solo participaba en atentados de alto calibre, como el asesinato de 'La Tota'.
Según la PNP, 'Willy', quien se encuentra desaparecido, disparó dos veces contra la menor de 12 años y contra el niño de 8 años.
Según testimonio de los dos sicarios de San Miguel, su cómplice 'Willy' habría asesinado a los 2 niños de la familia San Román. Foto: La República