El sufrimiento no acaba para las decenas de familias que lo perdieron todo tras el huaico que se registró las tarde del último domingo y lunes en varios anexos del distrito de Mariano Nicolás Valcárcel-Urasqui, en la provincia de Camaná, región Arequipa. Este martes, decenas de ellos provenientes de otras localidades de las regiones Arequipa, Cusco, Puerto Maldonado y Puno abandonaron la tierra que los acogió para trasladarse a sus lugares de origen. Algunos, que todavía permanecen en la zona, buscan ponerse a buen recaudo, temerosos de que se produzca otro huaico.
"Por eso me estoy yendo, entre la 1:00 p.m. y 2:00 p.m. (del domingo) nos avisaron que venía un huaico desde el cerro, pero no creíamos que iba a llegar a Secocha porque anteriormente nos decían lo mismo y no pasaba nada. Sin embargo, esta vez mi familiar lo perdió todo", contó Talía Mamani.
La mujer, que es natural de Chumbivilcas (Cusco), está casada con un minero informal de Patapampa, a quien conoció en el anexo de Secocha (zona minera). Contó que a ella y su pareja, de nombre Wilfredo, la tarde del domingo les empezaron a llegar mensajes alertadores de la llegada de un huaico que había transcurrido por el anexo de Posco Misky y estaba por llegar a Secocha.
Por su parte Adriana Pocorisa, de 60 años de edad, quien desde hace siete años vivía sola en una casa prefabricada en Secocha, pernocta en el local social Aspamacsu desde el lunes 6, luego de que el huaico destrozara su hogar.
"Aquí en Secocha, Posco Misky y Pampailima necesitamos apoyo de todas las autoridades competentes, no tenemos agua, ropa. Yo voy a las labores y recupero los minerales. Ahora mi casa todo se lo ha llevado, no tengo ropa, ni cocinita, vivo sola porque mis hijos tienen pareja. El señor alcalde nos dio un refugio donde estamos durmiendo, no sé a dónde ir por mi cuenta porque nadie me contrata”, dijo la mujer.
Los pobladores mineros que invadieron los anexos de Secocha, Posco Misky, Pampailima y San Martin por la presencia de más de 80 centros de mina, entre informales e ilegales; se situaron en medio de las quebradas que, si bien desde el 2006 no se activaron, esta vez, por la presencia del fenómeno de Dana, produjo un infernal huaico que dejó decenas de damnificados.