La masturbación en niños es un tema tabú. Muchas veces los padres, al no entender esta conducta, la reprimen; sin embargo, esto podría afectar la forma en cómo ven la sexualidad, que es algo natural en el ser humano.
Para entender más de esta acción que pueden realizar algunos menores de edad, los psicólogos especializados en conducta infantil Karen Anglas (@karenanglaspsic) y Gonzalo Pool (@psic.gonzalopoolc) nos explican de qué trata la masturbación infantil y cómo se debe actuar ante ella.
PUEDES VER: Hablemos de la menstruación
Ambos especialistas señalan que se trata de una tendencia natural en los niños a explorar sus genitales con el objetivo de conocer el cuerpo o de sentir cierto placer al hacerlo. Se observa en infantes entre los 3 y 5 años, y a veces dura un poco más. Asimismo, no solo se puede visibilizar mediante el toqueteo, sino también mediante la “frotación”, que es el acto de frotar los genitales con una superficie, como lo puede ser una silla o una almohada.
“Sé que asociar la palabra ‘placer’ en niños y niñas puede sonar un poco fuerte, pero es porque estamos pensando en un concepto adulto de sexualidad. En los niños y niñas no hay malicia, el cuerpo tiene zonas más sensibles que otras, incluso a nivel de terminaciones nerviosas, por eso el tocar ciertas zonas produce sensaciones diferentes a tocas otras”, resalta la psicóloga Karen Anglas.
Como se menciona, en principio, se realiza por simple curiosidad o placer. Puede surgir por exploración y luego tornarse a algo sumamente sensorial. Sin embargo, los especialistas advierten que, dependiendo de la frecuencia y forma que lo hacen, puede volverse como una conducta compensatoria, es decir, que la causa puede ser por el hecho de compensar una situación estresante o complicada sentida por el niño o niña.
“Aunque no se suela pensar así, los niños/as pasan por etapas de estrés también. Entonces, la separación de una persona importante, el divorcio de sus padres, el fallecimiento de alguien cercano, como muchas otras causas, pueden impactar en él o ella, lo que lleva a recurrir a la masturbación de modo recurrente o continuo para sopesar estos sentimientos”, apunta la doctora Anglas.
El psicólogo Gonzalo Pool agrega que también hay casos en los que empieza a ser frecuente porque ellos lo toman a la gracia, empiezan a normalizarlo y lo hacen parte de su vida. Incluso, se puede tornar regular si es que se le prohíbe, puesto que el menor puede ver que con eso llama la atención de sus padres.
“Se tiene que ver cómo va evolucionando esto poco a poco y depende sde que el niño sienta que es lo que le da adicional aparte de las sensaciones. Por otro lado, si recibe un castigo muy drástico, el niño puede generar un trauma sexual”, explica Pool.
En primer lugar, no debemos reprimirlo, sino dejar que lo haga porque está explorando y no podemos ver con ojos de adultos la forma en como ellos realizan dicha acción.
“Muchas veces los padres solemos llamar la atención de los niños/as gritándolos, asustándolos o incluso castigándolos, esto solo hace que se sientan avergonzados y culposos, sino que sienten que están haciendo algo terrible”, comenta Karen Anglas.
Por ello, los especialistas recomiendan que se tome las siguientes medidas:
Cuando se haga en público, hay que explicarles —de manera clara y calmada— que están en un lugar donde hay muchas personas y que estas no pueden verle los genitales.
“Se les puede proponer una actividad alternativa, como ir a buscar insectos u hojas al parque, buscar cuantos carros rojos pasan por la calle o actividades que los enfoquen en algo divertido por ese momento”, recomienda Anglas.