Entre lágrimas y persistentes recomendaciones para que se cuiden entre todos, cientos de pobladores de Puno despidieron a cerca de 7.000 aymaras, que partieron hacia Lima para exigir la renuncia de Dina Boluarte. Las delegaciones de las provincias del sur del altiplano puneño iniciaron su trayecto desde varias localidades a bordo de buses, camionetas, autos y camiones.
A su paso por varios pueblos asentados en Panamericana, en dirección de sur a norte, cada unidad recibió todo tipo de apoyo en representación de diversas organizaciones. Les entregaron toda clase de alimentos, entre galletas, agua, pan, frutas, gaseosa, atún, coca, e incluso aportes dinerarios para que puedan resistir el tiempo que sea necesario en la capital del país hasta que logren su propósito político.
“Estamos agradecidos por todo el cariño que nos acaban de demostrar en cada pueblo. Es increíble. No los vamos a defraudar. No vamos a volver hasta que Dina Boluarte renuncie. Nos ha ninguneado. Nos ha humillado. Ahora va a conocer la fuerza de los aymaras. La fuerza del pueblo que trabaja la tierra”, dijo José Colque Mamani, dirigente de la zona cordillera de Ilave.
Pobladores puneños oran por los comisionados a la marcha en Lima. Foto: Liubomir Fernandez/URPI-LR
En las unidades se embarcaron representantes de diversos centros poblados y comunidades de las provincias de Yunguyo, Juli, y Ilave, y el distrito de Acora. Ninguno de los que decidió viajar a la capital tenía antecedentes, para que no lo detengan en la carretera.
El convoy de unidades aymaras compuesto por alrededor de 120 unidades vehiculares, partió primero desde el distrito de Desaguadero. Posteriormente, la caravana se concentró en Ilave y seguidamente todos partieron hacia la ciudad de Puno. Los representantes del distrito Acora, partieron en horas de la noche.
En la ciudad de Puno miles de personas se apostaron en los márgenes de la vía por donde pasó la comitiva y entregarles su apoyo a sus paisanos, que consistió en dinero y toda clase de víveres.
“Me llena de pena todo lo que veo, pero a la vez me conmueve. No sé hasta cuándo esta señora no va a renunciar. Cuántas muertes más quiere. Cuántas vidas inocentes quiere. Pero a la vez me llena de orgullo como nuestros aymaras se van a la capital a luchar por una causa justa. Esta mujer ha dividido al país y eso no lo vamos a permitir. Tiene que irse cuantos antes”, aseguró Clotilde Vilda, comerciante del mercado Unión y dignidad de la ciudad de Puno.
Los pobladores continuarán enviando alimentos para los representantes enviados a Lima. Foto: Liubomir Fernandez/URPI-LR
Las comunidades aymaras informaron que, mientras sus paisanos se encuentren en la capital, la huelga indefinida con bloqueo de carreteras continuará. Los siguientes días enviarán nuevos representantes a la capital. Cada unidad tiene un equipo humano que se encargará de atender a los heridos si es que existiera represión policial.
Más temprano, desde el arque de la Madre, partieron decenas de estudiantes de la Universidad Nacional del Altiplano Puno (UNA) hacia Lima. Se sumarán en la capital a sus compañeros de otras universidades y, a la vez, esperarán a los quechuas y aymaras para que el bloque puneño esté unido.
“Estamos ofendidos porque lo que dijo Dina Boluarte. No somos narcotraficantes ni terroristas. Ahora nos van a conocer. Seguiremos en la lucha hasta la final. No se van a burlar de nosotros. Eso no. Imposible”, indicó Manuel Flores, estudiante de trabajo social.