Varias zonas del país han pasado al control de los vándalos por la ausencia policial, hoy concentrada en atender las manifestaciones de protesta. Ayer en la mañana, el campamento de la mina Antapaccay sufrió un nuevo atentado.
Esta vez un grupo de personas irrumpió en la Casa Bomba, una planta de agua potable que dota a más de 6.000 personas de comunidades aledañas a Antapaccay.
Según reporte de la empresa minera, los delincuentes prendieron fuego a las instalaciones. Aún no se han contabilizado las perdidas, pero el riesgo de corte de agua es inminente.
En los videos a los que tuvo acceso este medio se aprecia un grupo de personas, entre hombres, mujeres y jóvenes que ingresan al campamento. Luego, apedrean la infraestructura para, finalmente, incendiar la casa bomba que brinda agua potable a las comunidades localizadas alrededor de la minera Antapaccay.
Los individuos llegan hasta el cerco perimétrico que rodea el campamento y, tras apedrear y tirar de la malla, finalmente, logran su cometido que es ingresar al lugar. En el interior, atacan con piedras. Posteriormente, se visualiza la humareda producto del incendio.
No se visibiliza sus rostros por los sombreros de paja que utilizan y otros tienen la cara cubierta.
Fuentes oficiales informaron que la compañía denunció los hechos a la Policía para que les brinden protección. La respuesta ha sido negativa. La mayoría de efectivos está concentrado en contener las manifestaciones de protesta que estallaron en Puno, Juliaca y Cusco.
En el campamento minero, hay 2.500 entre trabajadores de la compañía y contratista. La mina Antapaccay suspendió operaciones y evacuará a su personal para salvar su integridad.
Solo permanecerá mano obra necesaria para el mantenimiento de la maquinaria.
El primer ataque contra el campamento se produjo el jueves al mediodía. Los delincuentes ingresaron por la fuerza, quemaron dos unidades vehiculares y atacaron la zona de vivienda donde pernoctan los trabajadores.
El presidente de las 11 comunidades originarias de influencia directa de la minera Anttapacay, Flavio Huanqque, dijo que ninguna de sus comunidades participó en atentado.