Julio Hidalgo, jefe de la Defensoría del Pueblo en Lambayeque, lamentó que la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCH) no haya logrado el ordenamiento de la urbe, la cual —afirmó— está invadida por el comercio ambulatorio, el cual aumentó a consecuencia de la pandemia por la COVID-19.
El funcionario manifestó que el problema socioeconómico conlleva al aumento de informales; sin embargo, precisó que esta situación no significa que no se ejecuten estrategias para paliar esta problemática.
En ese sentido, remarcó que el centro histórico de Chiclayo es afectado por la infraestructura dañada, colapso del sistema de saneamiento y también por la gran cantidad de ambulantes que se ubican en calles y avenidas.
“Es importante preservar el tema urbanístico y el ornato de la ciudad, que tiene serias deficiencias por diferentes factores, entre ellos la informalidad”, enfatizó.
Julio Hidalgo señaló que la nueva autoridad municipal tiene el reto de atender el problema de la informalidad. Foto: La República
Por ejemplo, mencionó que esta situación se trasluce en la avenida José Balta, calle Elías Aguirre, calle San José, entre otras, en donde decenas de ambulantes expenden diferentes tipos de productos, sin que exista el control municipal.
Para Hidalgo el desplazamiento de policías municipales y serenos en la vía pública para retirar a los negociantes, no es una solución efectiva.
En ese sentido, cuestionó que la gestión del alcalde Marcos Gasco durante sus 4 años de gobierno no haya ordenado el comercio informal o iniciado un plan estratégico. “Esta situación refleja que no tiene una hoja de ruta para el reordenamiento de los ambulantes, lo cual implica la reubicación a zonas estratégicas y así liberar los espacios públicos.
Hay ineficiencia y falta de voluntad de la autoridad municipal para efectuar acciones debido al caos que existe en Chiclayo”, puntualizó.