“¡Justicia, justicia! Los usuarios que salían y entraban a la estación La Cultura del Metro de Lima, y los que ocasionalmente pasan por el lugar, se sumaron a los reclamos de la familia de Milagros Rocío Arando Luapa, la mujer que el 1 de julio fue baleada en ese lugar por una mafia de extorsionadores.
La escena, el despliegue de los agentes de la División de Homicidos, los pone en alerta. El atentado fue reconstruido en el lugar del hecho. Incluso está Yolenca Fransua Cahuana Palomino, la sicaria que disparó por la espalda a Milagros, y la dejó al borde de la muerte.
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También participaron los otros imputados que dieron la orden del acto criminal. “Justicia, justicia!”, vuelve a gritar la gente cuando la autora sube a la moto para recrear la acción.
El procedimiento comenzó esta tarde y fue dirigido por el coronel Víctor Revoredo, el jefe de la División de Homicidios que se encargó de este caso. “Ojalá les den cadena perpetua, que se pudran en la cárcel”, se escuchó entre tantas otras frases.
La reconstrucción se dividió en tres pasos. El procedimiento arrancó frente al Ministerio de Educación con el recorrido de una moto que era tripulada por la sicaria a quien previamente habían entregado una pistola con silenciador.
Los agentes de Homicidios establecieron que Beto, Vito, Lorena y Axel concertaron previamente. Y Alonso era quien conducía la motocicleta en la que iba Yolenca Fransua. ‘Beto’ manejó la Cooper roja (automóvil), Víctor Hugo iba de copiloto. Mientras que Lorena y Axel ‘marcaron’ a la víctima.
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Se demostró que ‘Beto’ fue quien entregó una mochila con el arma de fuego a Yolenca.
Antes de llegar a la estación del tren La Cultura, la sicaria se bajó de la moto. Por un celular le iban indicando lo que tenía que hacer. Así fue como se acercó sigilosamente, sacó la pistola y disparó en la espalda de la víctima. Guardó el arma y se fue corriendo hacia la ciclovía donde estaba su cómplice a la espera.