“No se puede poner como pretexto que hay corrupción. Hay que ser firmes y cada uno debe cumplir su rol”, dijo en una de sus últimas entrevistas Jorge Correa Piedra, secretario general del Sindicato de Trabajadores en Construcción Civil de la provincia de Chepén (La Libertad), asesinado el 19 de marzo del 2011.
Correa fue el primero de una lista de 21 dirigentes de la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú en ser victimado en estos doce años de cruentos ataques. “Si contamos a los trabajadores y miembros de comités de obras atacados por mafias y sicarios, serían más de 200 a nivel nacional”, asegura Luis Villanueva, secretario general de la FTCCP. “Muchos de nosotros estamos siendo reglados por mafias y sicarios que intentan controlar las obras y cobrar cupos”, agrega.
Así quedó demostrado con el crimen de Ever Jaime Huaroc Ríos, secretario de organización del comité de obra de la Línea 2 del Metro de Lima, asesinado el último 23 de junio, en San Juan de Lurigancho (SJL). Fuentes del Ministerio del Interior dijeron que existirían más de cien sindicatos paralelos agrupados en cinco federaciones nacionales. Estos pseudosindicatos serían los que promueven el sicariato y las mafias.
La FTCCP es la más antigua y grande del país. Sus dirigentes negocian con las empresas constructoras y determinan los términos de contrato y sobre todo aseguran que se cumpla el régimen laboral de construcción civil para que los obreros tengan los salarios y derechos acordados.
Sin embargo, con el boom de la construcción de los últimos años empezaron a surgir los otros sindicatos. Muchos de estos están inscritos y son formales, pero la mayoría actúa como fachada y se dedica a negociar con las empresas constructoras aceptando trabajar por salarios menores y sin derechos laborales.
A cambio, las empresas que han negociado con ellos otorgan comisiones económicas a sus ‘dirigentes’, que son en realidad cabecillas de bandas de delincuentes.
Construcción de colegios Foto: Pronied
“Este es el negocio en la construcción civil que origina las mafias y los posteriores asesinatos por encargo”, señala el jefe de la División de Homicidios, coronel PNP Víctor Revoredo.
Luis Villanueva afirma que ya se han movilizado hasta el Ministerio del Interior para protestar contra la inseguridad ciudadana y la violencia de parte de los seudosindicatos que laboran con mafias para apoderarse de las obras de construcción mediante la extorsión y el sicariato.
“Estos seudosindicatos tienen registro sindical del Ministerio de Trabajo que deben anularse. Desde 2011 han asesinado a 21 dirigentes de sindicatos afiliados a nuestra federación. Los peruanos necesitamos vivir en paz”, subraya el dirigente.
En el 2014 a Carlos Enrique Malásquez Bastante, secretario de organización del Callao, lo amenazaron y le exigieron que deje su labor como dirigente sindical. No cedió a las amenazas y lo asesinaron. Ese mismo año mataron a Saturnino Rodríguez Santos, secretario de organización del comité de obras del sindicato de Lima.
Martín Vega Huashuayo, secretario de organización de Vista Alegre (Ica); Víctor Rodas Medina, secretario general de Guadalupe (La Libertad); Miguel Cotelo Villanueva, secretario de economía de Casma; y Eberth Vigoria Vivanco, secretario general en San Luis de Cañete, fueron asesinados en el 2015. Jerson Noé Suárez, secretario de defensa –de Sullana– fue emboscado en el 2020; y Edwin Nieves Villegas, secretario general –de Sullana– murió en el 2021.
Infografía - La República