Cargando...
Sociedad

Bernardo Roca Rey (1944-2022): el adiós de un apasionado del periodismo, nuestra comida y el Perú

Obituario. A los 77 años falleció el tenaz defensor de la libertad de expresión, exquisito conocedor de nuestra gastronomía y gran gestor cultural. Al conocerse su partida, muchos aprecios se dieron a conocer en los medios y en las redes sociales.

larepublica.pe
Innovador y visionario, Bernardo Roca Rey es un referente del periodismo al que nunca renunció. Foto: difusión

¿Qué tienen en común el periodismo y la cocina? ¿Qué puede unir a ambas intensas actividades humanas? El olfato.

Por eso seguramente Bernardo Roca Rey se movía como un pez en el agua en esas dos labores. Poseía un gran olfato para fundar nuevos medios periodísticos con singular éxito y también lo tenía para deleitarse y destacar nuestra valiosa gastronomía peruana, el pisco, los vinos que llegó a producir.

Era además un hombre apasionado por compartir sus experiencias y conocimientos, por crear, por difundir, por estar a la vanguardia.

Este 15 de marzo del 2022, Bernardo Roca Rey Miró Quesada, periodista y gestor cultural, tenaz defensor de la libertad de prensa y expresión, y uno de los que impulsaron la revolución de la gastronomía peruana, dejó de existir a los 77 años de edad.

Apenas se supo de su adiós, también quienes lo conocieron recordaron otra de sus cualidades, ser un notable conversador, un ser dialogante, un conversador nato, por lo tanto, también un buen escucha.

Muchos debates con él acababan con un suculento plato preparado por sus manos.

Culto, abierto a todas las voces, enemigo de las ideas cerradas, era además una persona con la que se podía tocar diversos temas, desde la política hasta el fútbol, desde el buen comer hasta una magnífica crónica periodística.

Bernardo Roca Rey. Foto: archivo LR

Y un detalle no menor. Era la sencillez hecha persona. Como destaca Augusto Álvarez Rodrich, “fue un gran jefe que nunca parecía jefe sino un gran amigo que es lo que en verdad siempre fue”.

Pero quizás su principal característica es que se mostraba decididamente convencido, devoto, del Perú. Tal y como lo dijo con sus propias palabras: “Es un país que provoca contar, tantos gustos por compartir”.

Periodismo en las venas

Roca Rey se hizo periodista recorriendo la sala de redacción de El Comercio desde muy joven, acompañando a su abuelo Luis Miró Quesada.

A los 14 años veía absorto cómo se iba armando la información, cómo se movía el ejército de empleados que daban forma al diario. Allí respiró la noticia. Allí conoció el vértigo informativo.

Y llegó a ser director de Publicaciones y Multimedios de dicho grupo editorial. Roca Rey estuvo tras la fundación de medios como Canal N, Perú 21, Trome, Somos.

Roca Rey fue presidente del Consejo de la Prensa Peruana.

La actual presidenta del CPP, María Eugenia Mohme, recuerda su labor. “Hemos trabajado juntos desde el 2016 en el Consejo de la Prensa Peruana cuando asumió la presidencia y pude conocer de cerca su lado humano, generoso, dispuesto a servir de puente para acercar las diferencias cuando estas se volvían irreconciliables”.

“Fue un mentor para muchos periodistas y un aguerrido defensor de la libertad de prensa y expresión. Te vamos a echar de menos, Bernardo, descansa en paz”.

También la periodista Rosa María Palacios comentó: “No se puede meter en un tuit tanta tristeza. La muerte de Bernardo Roca Rey nos recuerda todo lo que nos dio. Se va con mi agradecimiento por tanto periodismo, tantas buenas comidas y tantas buenas batallas compartidas”.

El politólogo Juan De la Puente lo despidió: “Gran conversador y gestor de la cultura, hacedor de cosas innovadoras en la prensa y espíritu libre, crítico de cualquier oscurantismo”.

Para el escritor Renato Cisneros: “Su legado periodístico es enorme: siempre a la vanguardia. Lo vamos a extrañar”.

Lo cierto es que al sibarita fundador de Apega, que amaba oír música andina cuando estudiaba en Europa, al viceministro de Cultura, al gran promotor del Perú, será difícil olvidarlo.

Casi imposible.

________

“Era un placer compartir con él”

Enfoque por Gustavo Mohme Seminario, director de La República

Hace 20 años, un día de agosto del 2001, celebrábamos con Enrique “El Maese” Zileri y Bernardo Roca Rey el premio SIP a la libertad de prensa. Premio que compartimos Caretas, La República, El Comercio y La Industria, los medios sobrevivientes al fujimorismo. El evento fue el epílogo de una década de periodismo libertario. Recibí el premio en nombre de los valientes periodistas que participaron en la gesta liderados por Papá Mohme.

No fuimos los únicos, otras plumas no se rindieron al acoso, la coacción o la seducción del dictador, pero para entonces La República ya había registrado sin medias tintas el saqueo económico y moral de nuestro país.

La ética tiene sus frutos, Chicho, afirmó Bernardo en la tertulia, mientras sonreía. Fue precisamente en Canal N bajo su dirección donde se difundió el primer vladivideo que marcó el inicio del fin del régimen dictatorial de Fujimori, la única ventana televisiva que no se alineó con el régimen.

Desde entonces compartimos muchos anhelos comunes en reiteradas ocasiones, nunca me fue tan grato discrepar y siempre fue estimulante coincidir, siempre preocupado por el rol de la prensa y su necesaria libertad que defendía con pasión, pero sobre todo era un placer compartir una mesa con él, mientras relataba una historia gastronómica que iluminaba con su espectacular preparación culinaria.

Innovador y visionario, es ya un referente del periodismo al que nunca renunció. Alejado de la redacción se dedicó a conquistar las dunas de Ica para sembrar viñedos estos últimos años y lanzar su propia marca de Pisco La Roca, un anhelo que cumplió y trabajó con perseverancia a partir de la cepa que ubicó en las alturas del Cuzco.

Mi querido colega, socio y amigo, como solíamos saludarnos, quedó nuestro almuerzo pendiente, veterano periodista. Abrazo fraternalmente a tu familia en medio del dolor que nos causa tu ausencia. Una vida como la tuya no se le despide solo con lágrimas sino también en medio de aplausos.