Con información de Gianella Aguirre / URPI - LR
La zona de desembarque de producción hoy luce vacía. El desastre ecológico originado por la empresa Repsol ha causado desconfianza en la población, la misma que teme consumir productor provenientes de la bahía de Ancón.
“En un día común, la plataforma estaba llena de pescados y cajas. La gente venía hasta acá para comprar pescado fresco. Ahora parece un cementerio”, relató Manuel Gutiérrez Sánchez, pescador artesanal.
Los trabajadores del muelle pasaron de laborar diariamente a hacerlo cada cinco días. Su labor de pesca ha sido reemplazada por la limpieza del lugar que un día fue su fuente principal de ingreso.
“Hoy saldré a trabajar luego de cinco días. Con esta labor de limpieza por la que Repsol paga S/ 200 soles al menos tengo para comer tres días. Acá nos turnamos todos para que a nadie le falte trabajo”, informó Gutiérrez.
Por otro lado, indicaron que los bonos del Gobierno son insuficientes y que requieren de apoyo económico para poder continuar alimentándose en lo que consiguen trabajo.
“Si la pesca no funciona, no solo nos perjudicamos nosotros, sino también todas las cadenas de trabajo que genera esta actividad como el sector turismo, gastronómico y artesanal”, enfatizó Luis Alberto Garrido, pescador de Ancón.
Noemi Napadilla Velásquez lleva más de cinco años dedicada a la venta de artículos de playa en este muelle. La comerciante relató que tuvo que dejar de contar con sus empleados por falta de ingresos tras el desastre ecológico.
“A raíz del derrame de petróleo, la gente ya no quiere venir al balneario. Yo he tenido que despedir a tres personas que trabajaban conmigo. Este personal tiene familia que también se ve perjudicada”, comentó la comerciante.