Horas de dolor y angustia. “Solo queremos saber si está vivo o muerto. Que nos den los nombres, nosotros ya sabemos qué pasa cuando te caes a ese mar. La supervivencia es imposible”, dijo Carlos Ordóñez, tío de William Arévalo Pérez (37), uno de los diez peruanos que trabajaban en el barco pesquero español Villa de Pitanxo, el cual naufragó en las gélidas aguas de Terranova, en Canadá.
Hasta anoche, la Cancillería peruana había confirmado que de los diez peruanos, cinco tenían doble nacionalidad. Asimismo, del total, cuatro figuraban como fallecidos: ellos eran Martín Quino Zevallos (52), Miguel Lumbres Cumpra (52); así como Daniel More Valladares (41) y su sobrino Diego More (24).
En tanto, su otro sobrino, Edwin Córdoba (29), figuraba como desaparecido, al igual que Jonathan Calderón (39), William Arévalo Pérez (37) y Juan Frías (37). Los tres connacionales restantes aún no eran identificados.
William Arévalo vive desde hace dos décadas en la ciudad Marín, en Galicia, y siempre trabajó en el mar por el bienestar de su esposa y dos hijos. Su vida ya había sido marcada dos veces por el Covid-19. Sus familiares recuerdan que se infectó y que estuvo a punto de costarle la vida.
Su tío Carlos Ordóñez asegura que la baja de algunos marineros lo llevó a subirse al barco en el último momento en Vigo. “Él siempre iba a las campañas”.
Otro de los marinos mercantes que iban en la embarcación es Miguel Lumbres, natural de Lambayeque. Él viajó hace 14 años a España, recuerdan sus padres Emilio y Felicia.
Desde Chiclayo, una de sus hermanas indicó que Miguel Ángel se comunicó con ellos el 24 de enero y les dijo que el 26 partía a Canadá. “Estaba de vacaciones, pero se le presentó ese trabajo a último momento”, indicó.
El experimentado marinero vivía en España con su esposa y dos hijos. Sus familiares piden apoyo. Señalan que el alcalde de Galicia, España, les ha donado dos pasajes. “Pedimos al consulado español y al presidente Pedro Castillo que nos apoyen, no tenemos recursos para viajar”.
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Daniel More Valladares (41) y sus sobrinos Diego Andrés More Vega (24) y Edwin Córdoba formaban parte de los 24 tripulantes del Villa de Pintanxo. El primero llevaba 15 años trabajando como marinero. Tenía un hijo de 18 años y una hija de 9.
“Mis pequeños me preguntan cuándo viene papá”, dice Luzmar, esposa de Edwin Córdoba, con quien tiene 4 hijos. Ellos se fueron a España abrumados por la violencia delincuencial que vivían en Lima.
Martín Quino Zevallos es otro de los peruanos y llevaba 25 años trabajando en la pesca. “Hoy sufrimos el infortunio en nuestra familia. Pedimos oración por sus hijos y hermanos para que Dios en su gracia les dé el consuelo que necesitan”, escribió una prima de él.
Jonathan Calderón también viajaba. Él llevaba años afincado en Marín y contaba con gran experiencia en el mar. Deja esposa y dos hijos de 16 y 10 años.
Como desaparecido también está Juan Frías, que vivía en Vigo junto con su mujer y sus dos hijos.
El naufragio ha dejado 9 muertos y 12 desaparecidos. Solo tres personas fueron rescatadas con vida en la peor tragedia pesquera que sufre España en 40 años.
El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, anunció un luto oficial de tres días en esta región del noroeste de España.
Los marineros realizaban su faena en muy malas condiciones climatológicas, en aguas internacionales, cuando un golpe de mar hizo que se fuera a pique con rapidez, según los tres supervivientes. El tiempo, ayer estaba más inestable y las olas superan los diez metros de altura.
Temor. Los rescatistas canadienses consideraron ayer “improbable” encontrar más sobrevivientes, según declaró el teniente Nicolás Plourde-Fleury.
Peligroso. El Villa de Pitanxo es el último buque en acrecentar la historia negra de las terribles aguas de Terranova, donde también se hundió el Titanic, hecho que lo elevó a la categoría de mito.
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