Ante el ascendente número de contagios por COVID-19, el pulsioxímetro se ha convertido en un aliado para tratar a los pacientes que contraen el virus, sobre todo para quienes realizan el aislamiento social desde el hogar.
El exdecano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios, recomienda obtener un pulsímetro para medir la saturación de oxígeno en sangre y el ritmo cardíaco. “Son esos aparatitos que te pones en el dedo. Si ven que marca menos de 90, significa que necesitan oxígeno y deben acudir a un centro médico”, explicó en diálogo con La República.
Para usar el pulsioxímetro, se debe tener la mano limpia y tibia, sin esmalte y haber descansado por lo menos cinco minutos. Se puede usar en el dedo índice de la mano, pero también en el lóbulo de la oreja.
“El primer dato que ofrece es la saturación de oxígeno, cuyo valor normal es entre 95% y 100%. El otro dato es la frecuencia cardíaca, es decir, cómo late mi corazón, que debe estar entre 60 y 80. Si los valores son diferentes a esos rangos, es un indicador de que algo está pasando”, indicó a Andina el doctor Manuel Espinoza, infectólogo del Instituto Nacional de Salud (INS).
Si la saturación baja hasta 92, significa que hay problemas de oxígeno y se debe acudir a emergencias de inmediato. Si no entra la cantidad adecuada de oxígeno al organismo, se comienzan a acidificar los tejidos. Luego se produce la acidosis metabólica, que es el fallo multisistémico y la persona está en peligro de perder la vida.
“Si marca más de 95, está bien. En cambio, menos de 95 ya es para irse preocupando. Si marca menos de 90, ahí sí se necesita ayuda médica. En estos casos, la persona ya está respirando menos, está provocando un daño irreversible, no solo al pulmón, sino a sus órganos internos”, advirtió Palacios.