Después de 37 años, familiares de Octavo Orihuela Oscco, víctima de la violencia terrorista, finalmente podrán darle cristiana sepultura. El Ministerio Público entregó los restos óseos de Orihuela en una ceremonia en el auditorio de la sede central del Distrito Fiscal de Ayacucho.
En acto estuvieron presentes Betty Pérez, jefa de la Oficina Desconcentrada de Control Interno de Ayacucho; Karenn Obregón, representante de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Supraprovincial; y Mónica Barriga, directora general de la Dirección de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Según la investigación fiscal, en diciembre de 1983, un grupo indeterminado de integrantes de la organización terrorista Sendero Luminoso incursionó en la comunidad de Santa Carmen, perteneciente al ahora distrito de Oronccoy, provincia ayacuchana de La Mar Ayacucho.
Estos sujetos habrían increpado a la víctima para que regrese a su pueblo, luego lo habrían detenido y llevado al indicado distrito, donde días después lo habrían matado y enterrado en el lugar conocido como Paltacucho Belén Chapi.
El proceso de ubicación e identificación de Orihuela Oscco fue posible gracias al esfuerzo desplegado por el Ministerio Público y el Equipo Forense Especializado (EFE), con lo cual se materializó su caracterización en los informes periciales forenses de naturaleza arqueológica y antropológica.
Para la entrega de los restos, se realizó la diligencia de armado de las partes humanas y elementos asociadas de la víctima, la cual se llevó a cabo por los especialistas del EFE.