Y ocurrió lo que todos temían. Con los 417 decesos reportados ayer por el Ministerio de Salud (Minsa), abril se convirtió en el mes con más fallecimientos en lo que va de la segunda ola de la pandemia por COVID-19.
En 20 días, el mes en curso acumuló 5.973 muertos por COVID-19. Y como si eso fuera poco, ayer se registró un nuevo pico de defunciones, además de contagios: 11.301 casos nuevos. Este mes ya registró tres picos en lo a que decesos se refiere.
Al respecto, el infectólogo Antonio Quispe señala que urge una respuesta contundente del Gobierno.
Considera que “el uso de respiradores y mascarillas debe ser una política de Estado como lo es en los países de Europa”.
De ser así, se podría normar, fiscalizar y darle la oportunidad a la población de usar una mascarilla KN 95. “Es mucho más barato comprar millones de mascarillas a comprar millones de vacunas”, resalta.
“El cumplimiento de las normas en otros países es fiscalizado, el gran error del Gobierno es renunciar a su responsabilidad de fiscalizar, y si no revierte su error vamos a seguir contando muertos”, insiste.
En esa línea, el decano del Colegio Médico, Miguel Palacios, destaca que el récord de fallecidos es el reflejo del fracaso de las estrategias del Gobierno y que se ha exacerbado el contagio con la variante brasileña.
Quispe añade que hay tres razones para este incremento de decesos. La primera es el levantamiento de la cuarentena antes de la Semana Santa; también la movilización de las personas en Semana Santa y la diseminación de la variante brasileña en el país.
El infectólogo advierte que las muertes seguirán en aumento por las razones expuestas.
Palacios por su parte sostiene que el error fue no haber reforzado el sistema de salud entre noviembre y diciembre cuando se dio el silencio epidemiológico. Y otro fue no mejorar el acceso al oxígeno. “La falta de oxígeno es lo que explica las elevadas muertes en el país”.
¿Qué hacer? Plantea que el Gobierno reparta masivamente mascarillas y refuerce la prevención con la ayuda de interlocutores válidos para educar a la población.
Precisamente, la Defensoría del Pueblo exhortó ayer al Gobierno a que distribuya mascarillas de calidad en zonas de alto riesgo de contagio, y recordó que los protectores de tela no son una medida suficiente.
Otra razón que explicaría este incremento es que no se siguen asumiendo intervenciones sanitarias y el Gobierno estaría abandonando la salud hasta que entre la nueva administración. “Faltan todavía tres meses y más personas van a perder la vida”, alerta Quispe.
El infectólogo Leslie Soto señala que se debe priorizar tres cosas para evitar fallecimientos: la vacunación, la distribución gratuita de mascarillas y activar el primer nivel de atención. “La mascarilla debe ser política de Estado para asegurarnos que todos estén protegidos”.
Explicó que el alto número de decesos se debe a que tenemos nuevas cepas y una población que no hace caso a las normas y que se expone al contagio.
Desde Ucayali, el presidente Francisco Sagasti negó que el país vuelva a una cuarentena nacional por la situación económica y que “en todo el mundo en este momento se está viviendo una nueva ola de contagios”.
“A la fecha, el 2021 representa el 53,63% de defunciones de lo registrado en el 2020, y en solo tres meses y medio”, alerta el analista de datos Juan Carbajal del Open Covid Perú.
También recuerda que junio del 2020 fue el mes con más fallecimientos por COVID-19 con 8.165 y como va la tendencia es posible que abril lo supere.
Todo depende de nosotros.
Según el último reporte del Minsa, los fallecimientos llegaron a 57.954 (+417) y los contagios confirmados van en 1.719.088 (+11.301). Mientras que los hospitalizados son 15.547.
Infografía-La República.
Infografía-La República.
Infografía-La República.
Suscríbete aquí al boletín de La República y recibe a diario en tu correo electrónico toda la información sobre el estado de emergencia y la pandemia de la COVID-19.