La Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) se pronunció por el caso de Erick Omar Salazar Seminario, voluntario de los ensayos clínicos de la vacuna de Sinopharm, cuyos familiares denunciaron a la casa de estudio por no atender el requerimiento de una cama UCI para él y un supuesto abandono.
La UPCH manifestó que, de acuerdo con el reglamento normado a través de un decreto supremo, es responsable de brindar atención y tratamiento médico gratuito en caso el voluntario sufriera algún efecto adverso generado por la inoculación de la vacuna en investigación, “mas no así por el contagio de la COVID-19 a causa de la pandemia.
“El equipo de investigación realiza el monitoreo permanente, evaluando a los pacientes que desarrollan la COVID-19, sin embargo, no puede ordenar la hospitalización o el ingreso a las UCI de los diferentes nosocomios. Cuando es posible, se efectúan las gestiones, pero estas no pueden ser infructuosas debido a la crítica situación sanitaria del país”, se lee en el comunicado.
A su vez, hizo un llamado para que todos los voluntarios de los ensayos continúen acatando los protocolos de bioseguridad para evitar el contagio de la enfermedad pandémica.
Finalmente, reiteró el pedido a las autoridades para que se apruebe el levantamiento del ciego del estudio, de forma que se pueda inmunizar a todos los voluntarios del ensayo que recibieron placebo.
Comunicado. Foto: UPCH
El abogado de la familia Salazar Seminario indicó que la universidad habría incumplido con el contrato, ya que este indica que “si la persona o voluntario sufre algún daño relacionado a la vacuna en el estudio o cualquier prueba del procedimiento, la institución se haría cargo por un año”.
“Levantar mi voz de protesta porque la Universidad Cayetano Heredia, a través de un acuerdo de confiabilidad, no está cumpliendo con su parte. Hace 10 días, él se sintió mal y llamó a su monitora. Ella le dio calmantes y otros medicamentos que, lejos de mejorar, lo empeoraba”, declaró el jurista a La República.