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Sociedad

Mateo Prochazka: “No hay razón para pensar que la segunda ola será una más pequeña”

Entrevista con el doctor y epidemiólogo, Mateo Prochazka. “El error más grande que se ha cometido ha sido apoyarnos en las pruebas rápidas serológicas para armar nuestra curva de vigilancia”, menciona.

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Mateo Prochazka señala que la vacuna de Sinopharm es segura. Dice que cuenta con estudios validados por académicos en una de las revistas más importantes del mundo. Foto: difusión

De acuerdo con el doctor epidemiólogo Mateo Prochazka, la segunda ola de la pandemia en el Perú ya parece ser inminente. La confirmación de que ya llegó la variante europea del virus -más contagiosa- obligará a ser más estrictos, advierte.

El Perú recibirá este mes su primer lote de vacunas de la china Sinopharm y también se ha cerrado un contrato con la británica AstraZeneca. Además se confirmó que la variante europea del coronavirus ya llegó. Todo esto cuando se habla de una posible segunda ola. ¿Cuál diría que es la situación de la pandemia en el país?

En estos momentos estamos entre, probablemente, dos olas de transmisión. Tuvimos una gran ola en el 2020 que bajó al terminar la primavera y que ha sido una superposición de olas regionales, con zonas golpeadas de distintas formas, y lo que hay ahora es cierta sincronía a nivel nacional donde la mayoría de regiones no están presentando un gran nivel de transmisión. Sin embargo, se ha encontrado -en la data epidemiológica- que ciertos indicadores están empezando a subir, como el uso de la capacidad hospitalaria, el uso de las camas UCI, lo que indica que estamos viendo algunos rebrotes…

En zonas específicas.

Que podrían convertirse en la segunda ola.

Primera conclusión de lo que ha dicho: no es un rebrote homogéneo, nacional.

No lo es y no lo será. Hay que aprender de la primera ola, que no fue homogénea. Las regiones no estuvieron sincronizadas. Tenemos la costa norte, lo que se vio en Lambayeque y La Libertad, o el caso de Loreto. Por tanto, la segunda ola en el Perú no será una sincronizada. Empezará con una o dos regiones y luego -esperemos que no- empezaría a extenderse.

Segunda conclusión: no hemos llegado aún a esa segunda ola.

Podría estar empezando. El problema con estas olas es que nosotros las calificamos como tales en retrospectiva.

¿Se puede saber si la segunda ola será más cruenta que la primera? ¿O más benigna? ¿Qué sugieren otros casos?

Por poner un ejemplo, al día de hoy en Reino Unido (viernes) estamos superando la cantidad de fallecidos que tuvimos en la primera ola. Es decir, no hay ninguna razón para pensar que la segunda ola será una más pequeña. Creo que en el Perú hay una falsa sensación de confianza, se piensa que por haber circulado el virus de manera amplia en la primera ola hay inmunidad suficiente como para evitar que haya una nueva.

¿Niega esa posibilidad?

Definitivamente. Eso no es cierto. Si bien hay niveles de inmunidad superiores a los que se han visto en otros países, no son suficientes para protegernos de una transmisión comunitaria. No solo eso. Tampoco tenemos evidencia de que los anticuerpos que se adquieren por una infección sean protectores. El hecho de que podamos detectar anticuerpos en sangre, no significa necesariamente que estos protegen de reinfecciones y retransmisiones. La evidencia que está saliendo sí señala que hay inmunidad natural, no obstante lo que se ve en los estudios de seroprevalencia en el Perú sugieren que estos niveles no serían suficientes como para protegernos de una segunda ola. El riesgo no se ha ido.

covid foto antonio melgarejo

No se ha ido, ni se va a ir. A pesar de la vacuna, la gente debe seguir cuidándose.

Por supuesto. Esperemos que la vacuna logre controlar la transmisión. Por ahora lo que sabemos es que tiene un beneficio individual: una persona al tomarla está protegida de una infección severa y de fallecer por consecuencias del coronavirus. Pero la vacuna también tiene un beneficio de salud pública: mientras más personas la toman, hay menos chance de que el virus circule. Los ensayos clínicos, hasta ahora, no han estado enfocados en demostrar que altos niveles de vacunación disminuyen la transmisión. Eso es difícil de ver en un ensayo clínico experimental. Se verá recién ahora que se implemente el proceso.

Se verá en el campo.

Exacto, lo que se llama un estudio de demostración, fuera de lo puramente experimental. Dicho esto, usted tiene razón cuando señala que una vacuna e, incluso, haber vacunado a un porcentaje alto de la población no significa que el virus se vaya a ir. Hay que tener en claro de que (el virus) no se va a detener en el 2021, va a seguir circulando este año y posiblemente el siguiente, acaso en menor medida debido a la implementación de vacunas a nivel mundial. Tenemos que estar atentos a las variantes que están surgiendo y que son causa de preocupación internacional.

¿Las medidas restrictivas deberían endurecerse?

¿Sabe? Mirando en perspectiva lo que ha pasado en Europa, una de las lecciones es que no debemos dejar que la transmisión llegue al nivel en donde la única medida de control va a ser una cuarentena, porque empobrece a las personas, afecta a la economía. Los mejores esfuerzos son lo que se pueden hacer hoy para evitar la segunda ola, controlando y mitigando los rebrotes, si es posible suprimiendo la transmisión, identificando los casos y sus contactos y no permitir que los pequeños incendios se conviertan en grandes emergencias.

¿Desde la política pública qué se debe hacer?

Lo que se necesita es armar equipos de campo que logren detectar estos brotes, hacer seguimientos de contactos, administrar pruebas y dar información de calidad para que la gente se quede en sus casas. ¿Qué ocurre? Que algunas personas que pueden haber tenido contacto con casos confirmados o que han regresado de viaje, se hacen una prueba molecular y se sienten sumamente protegidos con un resultado negativo cuando, en realidad, lo correcto es hacer cuarentena. Este mensaje debería ser también difundido por el Minsa.

Se leen comentarios que cuestionan la adquisición de la vacuna china. Es solo prejuicio.

Es un prejuicio que no tiene sustento en la realidad. La vacuna de Sinopharm tiene ya los estudios de fase 1 y 2 publicados en la revista Lancet, que no es una revista china. Es decir, ha sido validada por académicos internacionales en una publicación muy prestigiosa a nivel mundial. Por otro lado, parte de los esfuerzos para la compra de vacunas en este contexto van a tener que ser de este tipo, de sur a sur. Estamos muy acostumbrados a que la innovación viene siempre de norte a sur, que la desarrolle Estados Unidos, Europa, y luego nosotros la compramos. China es una potencia mundial, con muchos laboratorios y muy buena calidad científica. Hay barreras de lenguaje, restricciones, pero eso alimenta inadecuadamente la suspicacia de las personas. Esta es una vacuna segura y efectiva.

Somos eurocentristas también en salud.

Es una consecuencia del eurocentrismo, del imperialismo, del neocolonialismo. La salud pública tiene mucho de eso, está muy estudiado. Este es un caso de esa dinámica. Más bien, a mí me parece un éxito de la salud pública que China haya producido una vacuna y se la venda al Perú. Eso refuerza nuestras relaciones internacionales.

¿Hay vacunas mejores?

Depende del contexto. Las de Pfizer y Moderna han demostrado tener altos niveles de eficacia, por encima del 90%.

Aunque la de Pfizer es complicada por el tema de la cadena de frío, ¿cierto?

Exacto. Ambas tienen este problema de cadenas de frío bastante exigentes, que hace que su implementación sea bastante difícil. Algunos países pueden usarlas, pero quizás este no es el caso del Perú y es más acertado comprar las vacunas de Oxford-AstraZeneca o Sinopharm que exigen cadenas de frío más manejables.

Son más adaptables a nuestra realidad.

Por supuesto.

¿Qué tanto ha afectado la demora en la compra de las vacunas?

Ha habido demoras en su compra, sin ninguna duda, que ha sido consecuencia, entre otras cosas, de la inestabilidad política y de la falta de liderazgo que hemos tenido en el país en la segunda mitad del año. Espero que esto quede como lección para todos nosotros de que la inestabilidad política nos afecta directamente. De no haber sucedido lo que pasó en la segunda parte del 2020, es posible pensar que ya tendríamos alguna de las otras vacunas en el Perú. Otros países vecinos ya empezaron a vacunar y no hay ninguna razón por la cual no podíamos acceder a las vacunas, más allá de ineficiencia.

covid Foto: Antonio Melgarejo

E irresponsabilidad de nuestras elites políticas.

De acuerdo.

¿Qué es lo mejor que han hecho los gobiernos peruanos en la lucha contra la pandemia y cuál el principal yerro?

Bueno, solo hemos tenido dos gobiernos, ¿no? Lo de Merino de Lama fue un golpe. Ha habido dos aciertos. El primero, responder de una manera tan rápida con una cuarentena nacional desde marzo, pero de eso ya pasó bastante tiempo. Y el segundo, comprar las vacunas. La de Sagasti es una gestión con muchos retos para empezar y a mí sí me parece loable que se haya logrado consolidar la adquisición en un par de meses.

¿Qué no debemos repetir?

El error más grande que se ha cometido ha sido apoyarnos en pruebas rápidas serológicas para armar la curva de vigilancia. Hablaba antes de los pequeños incendios que se deben apagar para que esto no se convierta en una gran emergencia nacional, y la principal herramienta para detectarlos son las pruebas moleculares, que permitan encontrar casos en tiempo real. La prueba serológica no permite eso, no está diseñada para ese contexto, entonces es un despropósito. En el caso de una segunda ola, usarlas sería un error grande. Eso ya no va. A propósito, estuve mirando datos y el número diario de pruebas estaba a la baja. En diciembre parecía que se habían realizado menos que en noviembre.

¿Se pueden comprar las pruebas moleculares necesarias? El argumento para insistir con las serológicas era que había escasez de las primeras.

Fue un argumento en su momento porque, al ser una enfermedad nueva, todos los países necesitaban en tiempo real estos insumos. Era un mercado sumamente competitivo. Ya no es el caso. Más bien el principal cuello de botella para implementar pruebas moleculares a gran escala es la falta de laboratorios sufi cientes. En otros países se han apoyado mucho en las universidades, por ejemplo. El Perú no ha hecho eso.

“Permitir que el virus circule favorece que aparezcan las variantes más infecciosas”

¿Fue un error incentivar el consumo en las fi estas de fi n de año?

Lo fue. Diría que lo fue. Por poner un ejemplo, aquí en Reino Unido las transmisiones aumentaron rápidamente en setiembre y octubre. En noviembre tuvimos un estado de cuarentena que logró bajarlas y se reabrió todo en diciembre para favorecer la economía. Eso duró diez días y se tuvo que cerrar nuevamente. Las personas compensan el riesgo. Luego de haber estado un mes completo en casa, socializan muchísimo y creo que eso no se previó. En Perú la situación es la misma, ¿no? Favorecer el consumo, el uso de restaurantes, ir a malls y cosas de ese tipo en realidad lo que hacen es aumentar la congregación de gente. Quizás la ventaja es que en el Perú diciembre es un mes cálido.

¿Y no se debería volver quizás a la fase 3 de la reactivación? Aguantar la marcha.

Los mejores ejemplos son Australia o Nueva Zelanda o países en el sureste asiático, que han entrado en una lógica de cero Covid. Es decir, no se permiten las transmisiones. Estados Unidos y países de Europa, que han permitido cierto nivel de transmisiones, cuando han empezado a subir no han podido controlarlas de manera suficiente. No solo eso. Permitir que el virus circule favorece que aparezcan las variantes que pueden ser más infecciosas, como lo que hemos visto en Inglaterra. La estrategia, en la medida de lo posible, debe ser cero Covid.

No todas las variantes implican un riesgo, como la europea. ¿Correcto?

Sí. El virus, al hacer copias de sí mismo, comete errores con frecuencia. A veces estos le dan una ventaja. Sucede que la variante que se encontró acá en Inglaterra en diciembre tenía un conjunto de más de quince mutaciones que le daban una ventaja versus el virus salvaje, sin mutaciones. Se ha transmitido de manera muy rápida y es ahora la variante dominante en la mayor parte del territorio y es en buena medida la explicación de por qué estamos en este tercer estado de cuarentena nacional. Es un virus más infeccioso. ¿Qué significa? Que nuestra vacuna tiene que ser más efectiva y debemos tener más cobertura. Y, además, que las medidas de control tienen que ser más intensas.

Se entiende que las vacunas que existen sirven para esta variante, ¿cierto?

Todo parece indicar que sí. Hay una variante sudafricana que, algunos piensan, podría tener cierto grado de resistencia a algunas de las vacunas, sin embargo se estima que estas se pueden adaptar. La respuesta sería mucho más rápida.

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