El médico psiquiatra Carlos Bromley señala que una herramienta fundamental para empezar a desarmar esa estructura patriarcal en la que ocurren las violaciones grupales es la implementación de la Educación Sexual Integral.
“Hay que enseñarles a niñas y niños desde muy pequeñitos a relacionarse respetuosa y democráticamente con el propio cuerpo y con los otros cuerpos. Ese aprendizaje horada la ideología de poder que el patriarcado mete por todos lados”, advierte.
Como se sabe, cinco jóvenes de menos de 25 años de edad están siendo acusados de violar en grupo a una joven de 21 años en Surco, sumándolo a otros tres hechos similares ocurridos en el país, en menos de un mes.
Hoy, el presidente de la República, Martín Vizcarra, condenó este hecho y refirió que hay que hacer esfuerzos desde los hogares para formar mejores ciudadanos.
Bromley está de acuerdo con esa condena y propuesta, pero manifiesta que necesita convertirse en planes multisectoriales viables que se ejecuten rápidamente para avanzar en la protección de los derechos de las mujeres y dejar de continuar indignándonos cada vez que se cometa una de estas atrocidades.
La sociedad machista y el tipo de familia que existe en el Perú tienen mucho que ver con esto, asegura.
El especialista indica que el problema viene desde la infancia, donde los jóvenes que cometen violencia sexual contra las mujeres son formados considerándolas como objeto de abuso y generalmente provienen de hogares disfuncionales, con padres ausentes, violentos y consumidores de drogas, que no cumplen con la responsabilidad de criar hijos que respeten la dignidad humana de las mujeres.
“Toca entonces al colegio y al barrio proveer a la infancia y juventud, de valores y principios acordes con el respeto y consideración de género, centrados en la igualdad y el libre albedrío. Es momento que el Estado asuma esta tarea de manera vigorosa y enérgica”, añade el médico psiquiatra.
Señala que, en una sociedad carente de líderes morales, con inequidad, injustica y corrupción, es viable la formación de este tipo de personas, por lo que la perseverancia en la construcción de una sociedad sana obliga repensar hacia dónde dirigir los principales y mejores recursos humanos, económicos, y sociales con los que contamos como país.
Educación, salud y justicia, son la respuesta y dentro de ellos priorizar los destinados a la formación de personas, familia y comunidad con criterios de igualdad y libertad, así como el ejercicio de una justicia irreductible con la corrupción.
No olvidar que la justicia debe ser oportuna para ser eficaz y no lenta y negligente que dilata los procesos de manera casi indefinida en beneficio de la impunidad y corrupción, subraya finalmente Carlos Bromley