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Sociedad

Las diferencias del TEL y otros trastornos de lenguaje

Una característica fundamental en los problemas de lenguaje es su persistencia en el tiempo, pese a que las personas acuden a terapia.

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Las diferencias del TEL y otros trastornos de lenguaje

Miles de niños logran el lenguaje de forma espontánea a través de lo que escuchan y de lo que sus padres dicen para estimularlos. Al inicio, no se necesita ningún tipo de entrenamiento especial; sin embargo, existen casos en los que se presenta cierta dificultad.

A esto se le denomina Trastorno específico del lenguaje (TEL), aunque hoy en día los especialistas prefieren llamarlo Trastorno del desarrollo del lenguaje (TDL).

Para poder entender el tema, hay que diferenciar que existen problemas de lenguaje de tipo primario y de tipo secundario.

Al primero no se le puede atribuir una discapacidad física, pero sí se le relaciona con los trastornos de la comunicación, ya que de alguna manera impacta en la interacción con los demás, sobre todo con otros niños. El segundo está asociado a una deficiencia médica.

Dentro del primer grupo encontramos al Trastorno del desarrollo del lenguaje, (antes TEL, aunque se sigue usando este término), el Trastorno fonológico, el cual afecta la producción de los sonidos del lenguaje e interfiere con la claridad del habla, el Trastorno de la fluencia, anteriormente tartamudez, y el Trastorno de la comunicación social. Todos ellos se pueden diagnosticar a partir de los 4 años de edad.

“Los llamados TEL o TDL se diferencian de cualquier otro tipo de trastorno porque la dificultad específica está en la adquisición y desarrollo del lenguaje del niño que se encuentra en condiciones sociales adecuadas y que no está justificada por ninguna causa física, neurológica, intelectual ni sensorial”, explica Allynson Arangoitia, especialista en lenguaje y aprendizaje.

Las dificultades en el lenguaje puede manifestarse luego e interferir en el proceso de aprendizaje de la lectura y escritura, así como en la fluidez de una conversación natural. Son niños sociables y comunicativos, pero con déficit en la forma y contenido de su lenguaje, lo que a veces afecta su expresión y comprensión.

Por otro lado, la subdirectora del Centro Gagliuffi señaló que el TEL es complicado de diagnosticar en niños muy pequeños.

“Por ejemplo, a los 3 años es muy difícil determinar la permanencia del problema y es compleja su diferenciación con respecto a otros trastornos. Por ello, es importante, conocer que si la explosión del vocabulario no se dio a los 2 años, podemos presumir que estamos frente a un inicio tardío del lenguaje. Si a los 3 años, un niño que presenta un lenguaje no esperado para su desarrollo evolutivo, se le podría ubicar dentro de los llamados retraso del lenguaje. En ambos casos, el problema es superable en un corto periodo de intervención o de manera natural”, dijo.

En esa línea, si a los 4 años un menor no se expresa con fluidez, ya se podría hablar de posible TEL.

Muchos niños con TEL o TDL tuvieron un inicio tardío y retraso del lenguaje, pero no todos los casos configuran en un futuro un trastorno.

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