José Víctor Salcedo
Once años y tres gestiones regionales–y uno va a mitad de gobierno- han pasado desde que se concibió la construcción de un nuevo y moderno hospital Antonio Lorena de Cusco. Si la obra se hubiera concluido en los plazos previstos ahora habría camas UCI y de hospitalización suficientes para atender a los cientos de cusqueños con coronavirus. Los actos de corrupción, investigados por el Ministerio Público, implican a los exgobernadores Jorge Acurio y René Concha, así como a una veintena de funcionarios de ambas gestiones regionales.
Después de más de una década aparece una tenue luz para concretar la obra hospitalaria. Los gobiernos de Perú y Francia oficializaron ayer el convenio de Estado a Estado suscrito en junio para concluir el saldo de obra y equipamiento del Lorena en Cusco y el Sergio Bernales de Lima. La representante del consorcio francés EGIS AP-HP Internacional sostuvo que ya empiezan el trabajo con un análisis de la obra, luego de lo cual se tomarán decisiones sobre aspectos técnicos como costos, plazos y lo que se incluirá los términos de referencia para seleccionar a la empresa que hará la obra hospitalaria. El plan presentado comprende siete fases. Desde la fase 6 ya se podrá acceder a los servicios médicos.
No obstante, el plazo propuesto por Francia de entregar la obra concluida en 14 meses sufrirá algunas variaciones. El gobernador cusqueño, Jean Paul Benavente, dijo que la entrega del nosocomio está prevista en 17 meses. Pero espera que el plazo pactado se reduzca por la necesidad “urgente” que hay en la región.