San Pablo de Shimashiro es una comunidad nativa de 230 habitantes ubicada en el distrito de Pichanaqui, provincia de Chanchamayo (Junín). Para recibir atención médica, sus habitantes deben acudir al puesto de salud que se encuentra en el centro poblado Unión Shimashiro, a 15 minutos del lugar. Un establecimiento que, desde hace dos semanas, está cerrado “por trabajos de limpieza”.
Sin embargo, esto no sería tan cierto. Una doctora de la zona revela que en el recinto suele trabajar un equipo compuesto por un médico, un técnico y un licenciado en enfermería. De acuerdo a su testimonio, todos habrían dado positivo para COVID-19, lo que habría motivado el cierre del puesto.
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“Nosotros manejamos lo que es comunidades nativas, en el puesto en el que yo estaba había un médico, una técnica y un licenciado. Hasta el 31 de julio no habían llegado los tamizajes a mi puesto, solo llenaron dos balones de oxígeno, pero nos entregaron uno y otro se quedó en el hospital. En cuanto a los EPP, nos daban uno cada dos semanas. Hasta que yo me retiré no había azitromicina”, manifiesta.
La mañana del 4 de agosto, cuenta, recibió un mensaje en el que le solicitaban su ayuda. Al no trabajar en el lugar, respondió que se dirijan al puesto de salud por tratarse de una emergencia y fue en ese momento cuando le dan la noticia: “no están atendiendo desde hace dos semanas”.
Tiempo atrás ella se había comunicado con un excompañero, quien le refirió que había perdido el olfato, el gusto, tenía fiebre y malestar general. “No podía ni subir al puesto. Hacerlo es subir a cualquier carro, camión o camioneta que pueda jalarte, hacer transbordo en mototaxi y demás”, señala.
Todo indicaba que podría tratarse de un caso del nuevo coronavirus, pero al afectado, quien también es parte del personal de salud, le negaron la prueba y le dijeron que se trataba de dengue. La doctora a cargo no podía atenderlo porque recién llegaba y estaba siendo capacitada, pero él ya no aguantaba más el dolor en el cuerpo.
“Me llama (días después) y me dice que dio positivo, tuvo que exigir que le hicieran la prueba al equipo de respuesta rápida. Cuando él menciona que debía guardar cuarentena, los encargados le dicen que no, que debía seguir trabajando hasta que salgan los resultados”, relata.
Durante los 7 días que esperó por una respuesta continuó atendiendo; sin embargo, no podía dejar de preocuparse ante la posibilidad de propagar el SARS-CoV-2 en la comunidad. Al resultar positivo le reclamó a los responsables de la red de salud, ya que no tuvieron en cuenta la negligencia que habían cometido exponiendo a la población.
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“Tengo entendido que el 28 de julio hubo un accidente en moto lineal y tuvieron que ser trasladados inmediatamente al hospital porque no había puesto de salud. Ahí les hacen el descarte a estas personas y todos dan positivo a la prueba rápida”, agregó la fuente, confirmando así que a la COVID-19 había llegado a San Pablo de Shimashiro.
La República se intentó comunicar con Fernando Orihuela Vive, actual gobernador regional; y con la Dirección Regional de Salud (Diresa) en Junín, pero hasta el cierre de esta nota no obtuvimos respuesta de los mismos.