Por: Melina Ccoillo Sandoval y Jessica Merino
Regina Gutierrez (35), recién recuperada del Covid-19 y sin un empleo fijo, llegó hace un mes a la vivienda de su prima Rosa León donde, junto a sus dos menores hijas, ocupó un espacio en el segundo piso. Allí, Regina creyó iniciar una nueva vida, pero la noche del miércoles un incendio acabó con su nuevo hogar y todos sus sueños.
Ahora Regina es parte de las 64 familias, según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), que han quedado damnificadas tras el siniestro en la asociación de viviendas La Rinconada, en el Cercado de Lima.
Desde la carpa que comparte con su familia, la mujer cuenta que contrajo el Covid-19 hace unos meses, mientras vendía alitas broaster y panes con pollo en el mercado de Caquetá. A la par, Regina trabajaba en una panadería, de la cual fue despedida cuando se enteraron de su enfermedad y, pese a superar el mal, no la dejaron regresar. Para obtener otro ingreso, se dedicó a limpiar casas en el jirón Tarapacá. Precisamente venía de realizar esta labor cuando vio las inmensas llamas del fuego.
"Cuando llegué, el fuego no me permitía ingresar. Nadie me daba razón. Fui a buscarlas por todo el parque hasta que una señora me dijo que mi prima junto a mis hijas estaban a salvo".
A su lado, su prima Rosa (35), dedicada al reciclaje, y también con dos hijas, entre ellas una bebé de 3 meses, solo tiene lágrimas cuando recuerda lo que vivió aquella noche. "Lo perdimos todo. Tantos años de esfuerzo para que se vayan en un par de minutos", dice Rosa, quien ocupaba la vivienda desde hace ocho años. "Estaba vacío y compré mi triplay y madera para hacer mi casa", cuenta.
Al igual que Rosa, Alejandro Garay (50), vendedor ambulante de lentes y relojes, asegura que hace 30 años su madre ocupó un espacio de La Rinconada para iniciar su vivienda, que ahora está destruida. “Este terreno estaba desocupado y lo agarramos. Como éramos pocos, cada uno tomó su propia medida”, cuenta.
Y es que, según Juan Giribaldi, subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad de Lima, el lugar siniestrado es una “vía pública, entonces no hay una titularidad”.
Pese a ello, para todas las familias hoy damnificadas, La Rinconada era su único hogar, por lo que permanecen a la espera de ser reubicadas y no ser olvidadas por las autoridades. “No tenemos a dónde ir. Aunque sea que nos den un bono para comprar esteras y sobrevivir”, dice Lillyam Núñez (54), otra afectada, quien logró superar un cáncer de útero y hoy quiere seguir luchando.
En la tarde de ayer se registró un incendio calificado como código 3, al igual que el de la asociación La Rinconada. Fue en una fábrica textil ubicada en Ate.
El siniestro ha comprometido toda una manzana de la cooperativa 27 de Abril, en la avenida José La Mar, urbanización Vulcano.
Al lugar llegaron 15 unidades de bomberos, según informó el comandante Lewis Mejía, vocero de los hombres de rojo, quien hizo un llamado a Sedapal para tener más agua.
Al cierre de esta nota el fuego había sido confinado y se trabajaba en su extinción definitiva. No se reportó heridos.
Para ayudar. Regina G. (994925963), Rosa León (902054876), Alejandro G. (917349218) y Lillyam N. (994307223).
Reniec. Los damnificados podrán realizar trámites para duplicados de DNI de manera gratuita.