Las Fuerzas Armadas, en el Perú, han desempeñado una gran labor en defensa del país. Fue en 1950 que se estableció su organización tal y como se conoce en la actualidad, estando conformada por el Ejército, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea.
El último enfrentamiento bélico que tuvo el Perú fue el de la Guerra del Cenepa, contra Ecuador, que tuvo lugar en 1995, durante el gobierno de Alberto Fujimori. Tras un tenso enfrentamiento, y con la intervención de Estados Unidos, Brasil, Chile y Argentina, se resolvió el conflicto con la firma del Acta de Brasilia.
Anterior a esto, las Fuerzas Armadas también estuvieron presentes en la guerra contra el terrorismo, que se vivió desde 1980 al 2000. La aparición de los grupos subversivos de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) ocasionó una de las épocas más agresivas que ha vivido el Perú y dejó un saldo de aproximadamente 70.000 vidas perdidas.
Durante la pandemia, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas han contribuido con el resguardo en paraderos para controlar a la ciudadanía. (Foto: CCFFAA)
Cuando el Perú no se encuentra en estado de guerra o conflictos bélicos, las Fuerzas Armadas, que se encargan de “garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República”, de acuerdo con el artículo 165 de la Constitución, se encargan de desarrollar otras actividades.
Participan en el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres. No obstante, este no es un rol nuevo. El general César Astudillo Salcedo, jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. explicó en una columna a un medio local que “si recordamos los hechos acaecidos en Yungay en 1970, ya el Ejército participaba con todas sus capacidades de entonces”.
También intervienen, junto a la Policía Nacional, en el orden interno. Han luchado contra el terrorismo, la tala y minería ilegal, y el tráfico de armas. Su labor en el VRAEM continúa vigente.
En el contexto de la COVID-19, las FF.AA. permitieron el traslado de profesionales de la salud y pacientes. (Foto: CCFFAA)
Actualmente, contribuyen con el desarrollo nacional a través de las unidades de Ingeniería de Construcción del Ejército, las Plataformas Itinerantes de Apoyo Social y del programa “Alas de esperanza”. De acuerdo con el general Astudillo, permiten acercar el desarrollo a las zonas más alejadas del Perú y brindan apoyo a las poblaciones más necesitadas de la Amazonía.
Colaboran con la política exterior, ya que fueron parte de Misiones de Paz. “Recordemos al ‘Batallón Perú' que estuvo misionado en el Sinaí en 1973, junto con los de Irlanda, Panamá y Suiza, conformando la Brigada que estuvo al mando de nuestro compatriota, el general EP Gastón Ibáñez O’Brien (Force Commander), posicionándose entre las fuerzas beligerantes de Israel y Egipto. Esta participación mundial en el Sinaí, y luego en los altos del Golán, puso fin a la guerra del Yom Kippur”, explicó Astudillo. A raíz de esto, los ‘cascos azules’ de la ONU recibieron el Premio Nobel de La Paz en 1988.
Durante la pandemia de la COVID-19, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ha trabajado para ayudar al cumplimiento de las normas impuestas por el Gobierno.
Una de las actividades que han realizado ha sido el patrullaje, sumándose a los esfuerzos de la Policía Nacional del Perú. Para ello se desplegaron 70.000 miembros de las FF.AA. que, además de estar en las calles, sobrevolaron el país.
Han contribuido con el control en fronteras, puertos y aeropuertos para evitar el ingreso y salida de ciudadanos que podrían generar la expansión del virus. Asimismo, han venido supervisando los mercados y paraderos para garantizar la aplicación de disposiciones como el distanciamiento, uso de mascarillas, entre otros.
Las FF.AA. han contribuido con el traslado de medicinas y equipos médicos en distintas partes del Perú. (Foto: CCFFAA)
Otro de los aspectos importantes es que realizaron vuelos de apoyo para trasladar medicinas, equipo médico y personas, así como también han movilizado a ciudadanos para que llegaran hasta sus regiones de origen.
A esto se suma que brindaron apoyo para la rápida implementación de la Villa Panamericana, que ha albergado a miles de peruanos afectados por el nuevo coronavirus. En este lapso también han ayudado con atenciones médicas en la Amazonía, y ejecutaron operaciones militares en el VRAEM.
Participaron también en la operación ‘Tayta’, que se encargó se resguardar el aislamiento de pacientes que dieron positivo en las pruebas COVID-19 y que residen en los distritos más vulnerables del Perú.
En el marco de la emergencia sanitaria, la lucha contra el terrorismo no quedó de lado. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, entre mayo y julio, han desarrollado operativos en la zona del VRAEM, donde capturaron a presuntos narcoterroristas y recuperaron armamento de guerra. Además, incautaron droga en el Centro Poblado Katongo, en la provincia de Satipo, Junín.
Uno de los hechos más relevantes tuvo lugar el 1 de julio, fecha en la que se llevó a cabo la captura de la ‘Camarada Norma', una presunta delincuente que fue formada por Sendero Luminoso desde muy pequeña.