Liubomir Fermández
Sur
El gobierno de Martín Vizcarra destinó 200 millones de soles en marzo para que los municipios del país ayuden a atender la emergencia como consecuencia de la cuarentena decretada en el país por el COVID-19. Con esa transferencia, las comunas debían comprar canastas, con productos de primera necesidad, y repartirlas a familias de escasos recursos económicos. La idea era proveerlos de alimentos para que eviten salir a la calle y contagiarse del nuevo coronavirus.
Según el gobierno, en esas canastas debían comprarse víveres por S/ 90. Sin embargo, 1871 municipios distritales del país no cumplieron con el tope y entregaron productos por un valor superior a los noventa soles. En este grupo figuran 26 municipios distritales de Arequipa, Puno, Cusco, Moquegua y Tacna. El valor de sus canastas oscila entre los S/ 1,075.27 y los S/ 289.00 soles. (Ver infografía)
Este hecho confirma la improvisación en una situación de emergencia. Primero, el gobierno nacional entregó fondos sin una estadística actualizada de la cantidad habitantes que necesitaban el apoyo. Los municipios tampoco tenían un padrón actualizado. Las comunas, para no devolver esos recursos, gastaron el íntegro en los beneficiarios sin importar que una familia podía recibir 16 litros de aceite. En cambio, en otros lugares no recibieron nada.
Infografía
Ese no es el único problema. Los municipios compraron productos cuyos precios están por encima del valor del mercado al menos eso pudo verificarlo La República. En su defensa los municipios sostienen que esas cantidades se deben a las variaciones de la oferta y demanda, a mayor demanda los alimentos encarecieron.
Por ejemplo, el municipio distrital de Chichas, provincia de Condesuyos, (Arequipa) repartió un paquete que supera los S/ 200. Compró un sobre de tallarín en S/ 3.20 y una botella de aceite en S/ 5.50, los precios del mercado están por debajo. Se benefició a 200 personas entre quienes se invirtió 50 mil soles.
Los seleccionados recibieron nueve productos en distintas cantidades. En el distrito de Maca, provincia de Caylloma, se adquirió en S/ 130 el paquete con cuatro unidades de aceite (cada unidad tiene 5 litros). El monto es menor en el mercado. Un incremento similar se registra con otros nueve productos que contenía la canasta que solo benefició a 136 seleccionados en quienes se gastó S/ 49 mil 982 soles.
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En el distrito de Anapia, provincia de Yunguyo, al sur de la ciudad de Puno, se benefició a 109 personas con una canasta de alimento que bordea la suma de S/ 843.
El monto es por la cantidad y el precio de cada producto. A cada persona identificada como vulnerable se le entregó 16 litros de aceite, por cada litro se pagó S/ 6.30 soles, mucho más de lo que compraron otras municipalidades más alejadas.
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En total fueron 23 los productos entregados en esta isla.
En la lista, quien más invirtió fue el municipio de San Juan del Oro, en la provincia de Sandia, al norte de Puno. Según el organismo fiscalizador se gastó S/.1,075.27.
Para el economista Rogelio Pari, se debió establece una canasta familiar universal para todo el país para que el beneficio sea homogéneo. Los 26 municipios solo beneficiaron a 10 mil 614 personas. Pari cree que los montos pagados por productos son elevados y amerita una investigación.
Felipe Supo. Sociólogo –Catedrático universitario.
No hubo un adecuado manejo del fondo por emergencia
De estos datos se concluye que se ha comprado alimentos sin mayor criterio. Debió existir un paquete universal para que sean más personas las que se beneficien. Estamos ante una emergencia que afecta a todos. Habría que precisar que el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh), tampoco ha funcionado. Estas áreas no tienen información actualizada. De la información que ofrece la Contraloría, incluso se puede advertir que se beneficiaron personas que no necesariamente, son pobres ni están en situación de vulnerabilidad. Considero que el Estado debió fijar un precio específico para que las canastas que sean distribuidas en las zonas de pobreza y extrema pobreza, de forma universal, si así lo permitía el presupuesto. Puedo concluir que no habido criterio técnico para su distribución. Y ojo, hay que investigar el sobre precio. Hay montos que llaman la atención.