Alexis Choque Sarmiento
Arequipa
Desde el techo de la Parroquia Señor de los Milagros en el distrito de Mariano Melgar, el padre Alberto Lavilla, con micrófono en mano, comienza a invitar a los vecinos a salir a sus techos. Falta pocos minutos para que la Virgen de Chapi comience a sobrevolar el cielo arequipeño dentro de un helicóptero privado.
A varios kilómetros al sur, la imagen es sacada de su templo del distrito de Polobaya cerca de las 12.00 horas, algo que no realiza hace varios años. La nave, modelo OB-1937, espera a la imagen en la parte alta del santuario. Autoridades como el gobernador Elmer Cáceres y responsables de la Iglesia ponen su hombro para colocar la imagen en el helicóptero.
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Antes de que la eleven por los aires, le cambian su corona por un tradicional sombrero characato. En sí todos los preparativos tardaron cerca de 1 hora. Ya a las 13.00 horas la nave por fin parte en medio de cánticos y llantos de algunos responsables y pobladores del lugar. Es un vuelo de fe, un regalo en el Día de la Madre, y más especial aún por la crisis económica y sanitaria que generó la pandemia del COVID-19.
En los distritos periféricos de la ciudad, miles desde sus balcones y techos esperaron su paso. Algunos habían izado banderas blancas o de Arequipa, otros portaban pañuelos e incluso buscaban el planeo de la nave con binoculares. En el cielo se escuchaban bombardas y cohetes reventar.
Muchos pudieron no solo observar el helicóptero, sino también se quedaron confortados con las estampitas con la imagen de la Virgen que eran arrojadas desde la nave en todo su trayecto. Otros no tuvieron esa suerte por la altura y velocidad del sobrevuelo, quedándose con las ganas de mirarla a lo lejos.
Virgen de Chapi.
“Este año no pudimos ir al santuario por la situación que estamos viviendo y este sobrevuelo significa que la Virgen nos protege. La fe en Dios te da unas fuerzas, unas ganas de querer vivir, aún en el peor de los momentos como este”, nos relata el párroco Lavilla en el techo de la iglesia.
Para el sociólogo José Ramos Salinas, la visita de la Virgen reconforta a una población que se ha visto afectada emocionalmente por la pandemia. “No creo que la Virgen vaya a detener la pandemia, pero sí creo que pudo hacer que mucha gente se sienta reconfortada, consolada, con mejor ánimo. Está demostrado que cuando el sistema de ánimo cae, el sistema inmunológico también decae”.
La virgen finalizó su recorrido, que fue financiado por la empresa minera Cerro Verde, cerca de las 15.00 horas en que regresó a Polobaya. Su visita fue un regalo de esperanza para sus miles de fieles.
La Virgen de Chapi se presentó a Arequipa en otras crisis. En 1983, una sequía asolaba Arequipa. Ese año, el arzobispo Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio hizo lo imposible para poder traer a la Virgen, pese a la oposición de los pobladores de Polobaya. El traslado demoró unos tres días a pie. Una multitud la acompañó. Recién el 3 de diciembre de ese año, la imagen llegó hasta la Plaza de Armas, donde de ofició una misa frente a miles de personas.
El historiador Rommel Arce recuerda que la lluvia regresó a Arequipa ese verano, aunque otros escritos aseguran que la lluvia retornó el día en que la Virgen se fue.
El traslado de la virgen tardó 3 días desde su santuario en Polobaya. La multitud incontrolable hacia imposible el paso de la imagen. Foto: Facebook.