Luego de estar más de un mes internado, un bebé prematuro, nacido de una gestante contagiada de COVID-19, fue dado de alta gracias a una atención oportuna y tratamiento especializado.
Esta batalla ocurrió en el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati, del Seguro Social de Salud (EsSalud) donde un equipo de médicos y personal asistencial realizó una doble proeza: primero permitir que el bebé nazca sin ser contagiado gracias a todos los protocolos de bioseguridad y luego superar la situación de prematuridad por los cuidados especializados.
El bebé abandonó el nosocomio el pasado 29 de abril para reunirse con sus padres. El pequeño paciente nació por cesárea el 27 de marzo, a cargo de los ginecólogos Óscar Palacios y Julia Coronado, con 32 semanas y 1 kilo 775 gramos de peso, sin embargo, después de un mes logró tener 2 Kilos 766 gramos.
La madre del menor ingresó de emergencia el 23 de marzo con un cuadro de malestar general, fiebre y tos y dificultad respiratoria. Después de dar positivo para el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, a través del hisopado, una junta médica multidisciplinaria decidió hacer cesárea.
El objetivo de la cirugía fue salvaguardar la vida de la madre, debido a que corría el riesgo de requerir ventilación mecánica, algo que, por fortuna, no ocurrió.
Esta historia de vida, en medio de la crisis sanitaria por COVID-19, fue posible gracias al trabajo de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud entre ginecólogos, obstetras, neonatólogos, intensivistas, emergenciólogos, epidemiólogos, laboratoristas y enfermeras.
El padre y la madre del pequeño fueron pacientes contagiados y estuvieron hospitalizados. Después de una titánica batalla lograron vencer a este virus, dando negativo en los últimos resultados de hisopado.
El bebé fue atendido por los médicos del Servicio de Neonatología en un área exclusiva para recién nacidos - hijos de madres COVID-19. Fue monitoreado por personal de enfermería y una vez que dio negativo a dos hisopados pasó a una sala común de neonatos.
Los primeros días el pequeño se alimentó con leche donada pasteurizada y luego con fórmula para prematuros. Gracias a la atención y cuidados especializados el bebé logró superar los problemas de prematuridad, que fue adquirir la capacidad de coordinar succión y deglución, dejando la alimentación por sonda.
El neonatólogo José Salas recomendó a la madre practicar la lactancia materna y retomar el vínculo afectivo.