Puno. Con una protesta a punta de cacerolazos fueron recibidos los 284 puneños que durante días estuvieron varados en Lima. Fueron internados en siete hoteles para que cumplan su cuarentena. Llegaron luego de ser seleccionados por el Gobierno Regional de Puno.
El temor de sus propios paisanos es que se propague el virus con su presencia. Apenas fueron divisados caminando en fila con sus respectivos equipajes e hijos en brazos, con dirección a los hoteles seleccionados, los vecinos sacaron sus ollas, cucharones y toda clase de utensilios para golpearlos entre sí con el propósito de generar bulla pública en señal de protesta por su retorno.
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El sociólogo Felipe Supo, sostiene que el puneño es solidario, pero regresar de la capital donde hay bastantes contagios genera la idea que más personas contraerán el coronavirus. Eso genera miedo y pánico.
La Policía Nacional se demoró hasta las 3.00 am para lograr que los seleccionados ocupen los respectivos hoteles. Había temor de que se generen ataques a los alojamientos.
La mayoría de los viajeros son naturales de diversas provincias y tras cumplir su aislamiento obligatorio retornarán a sus pueblos para volver hacer productiva la tierra. La mayoría regresó en medio del llanto debido a que pasaron una serie de peripecias para llegar a Puno. Caminaron varios días antes abordar un bus que los traslade a esta parte del país.