Edward Quispe
¡Gracias a Dios!, fueron las primeras palabras que la esposa del suboficial de la Dinoes Lima escuchó de su boca a través de una video llamada por el celular. El efectivo policial estuvo sedado y conectado a un respirador artificial desde el 13 de abril en que fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Essalud.
Él fue uno de los primeros agentes de la Policía diagnosticado con el nuevo coronavirus COVID-19 e internado por lo delicado de su salud. Hoy, el agente de 48 años, ya salió de ese peligroso cuadro y se recupera en una sala de hospitalización del Seguro Social en Arequipa.
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Su esposa se encuentra en Lima y cuenta a través del hilo telefónico a La República que esta es la prueba más difícil que han vivido como familia, en sus 24 años de casados. No sólo les tocó enfrentar la pandemia separados, también la comunicación con su pareja era imposible.
Solo sabía de él por los médicos del Carlos Alberto Seguín Escobedo, quienes le informaban de su diagnóstico diario. “Está estable pero no podemos quitarle aún el respirador”, eran las palabras que frecuentemente escuchaba de los galenos cada vez que llamaba al mediodía.
Pese a ello su esposa nunca dejó de escribirle por WhatsApp, ella no perdía la esperan de que cuando despierte tome su celular e intente llamarla. Desde que perdieron contacto telefónico le dejaba un mensaje diario. Hoy, antes de las 9 de la mañana, finalmente su compañero de vida me respondió.
“Ayer (martes) al medio día me dijeron que ya estaba en hospitalización sin respirador, pero que descansaba y en la noche me dijeron que ya se encontraba mejor. No podía llamar a esa hora así que hoy (miércoles) le escribí a las 8.30, al cabo de unos minutos vi que recibió el mensaje. Tenía miedo de no volver a ver su check azul”, cuenta la esposa del suboficial.
De inmediato ella le hizo una videollamada para poder verlo. ¡Gracias a Dios! -Le dijo muy conmovido- Gracias A Dios porque estás conmigo ahora- le respondió ella.
Lo siguiente fue conectarse con su hijo en Ilo y con su familia. Todos tuvieron un momento de alivio y felicidad por la mejoría. Pero el paciente debía recuperarse y tuvieron que cortar. Su esposa cuenta las horas para que vuelva a casa.
La esposa del suboficial hizo un llamado a las autoridades nacionales. Solicitó que tengan más cuidado y apoyen a los efectivos policiales que están en servicio sobre todo por lo que están lejos de sus familias.
“Pido a través de ustedes que al Gobierno y al ministro del Interior que pongan más ayuda y énfasis, miren la situación de los hospitales y tantos efectivos policiales. No es justo que hayan subestimado su enfermedad. No le dieron descanso médico, tal vez hubiera sido diferente es una indignación que tenemos”, acotó.
Estuvo agradecida con el personal de salud que EsSalud que lo atendieron y las instituciones que hicieron posible que su esposo sea hospitalizado en el nosocomio.