Liubomir Fernández
Los puneños que llegaron de otras regiones, donde estaban varados por la emergencia sanitaria contra el COVID-19, no fueron bien recibidos.
Pese a estar prohibido, la concentración de personas en el centro poblado de Salcedo se dio de improviso. Salieron de sus casas airados para exigir que 197 puneños de diversas provincias que retornaron de Tacna regresen a la región fronteriza. Reaccionaron con rechazo porque temían que su presencia propague el coronavirus.
Los varados fueron trasladados por buses contratados por el Gobierno Regional de Puno, desde la provincia de Tarata en Tacna. Allí llegaron después de caminar varios días. Arribaron alrededor de las 09:30 de la mañana de ayer domingo, en medio de fuertes medidas de seguridad. Quedaron internados en las instalaciones del Tecnológico José Antonio Encinas. El Comando COVID-19 informó que serán sometidos a prueba rápida. Resulten positivos o no, cumplirán cuarentena.
No menos desagradable fue el retorno de puneños procedentes de Cusco. En el sector La Raya, frontera entre Puno y Cusco, decenas de personas entre niños, jóvenes y adultos, no podían continuar con su caminata a diversas provincias.
Las autoridades comunales les impidieron el paso porque los veían como personajes que estaban trasladando el virus a sus provincias natales. El Gobierno Regional tuvo que intervenir y trasladarlos a diversos poblados, pero fueron rechazados en sus pueblos. En algunos casos fueron llevados a sus comunidades sin levantar sospechas, para evaluación médica y cumplan cuarentena.
No menos distinto fue el panorama en el distrito de Zepita, provincia de Chucuito-Juli, al sur de la ciudad de Puno. Este pueblo cumple cuarentena porque dos varones positivos para COVID-19 asistieron a un funeral.
Allí llegaron personas procedentes de Tacna en horas de la madrugada en unidades contratadas por la región. Apenas fueron divisados, la población reaccionó con insultos. Les increparon su regreso porque su presencia podía expandir el virus en la zona. La Policía tuvo que intervenir para que no se registre ninguna agresión en contra de quienes regresaron a su pueblo. “Habrá más contagios por su culpa. Deben irse a otro lado”, dijo Elmer Yujra, poblador de Zepita.