Los puneños que retornen procedentes de Lima no tendrían una buena bienvenida en sus pueblos. En Azángaro, Ilave y Putina, y otros poblados, sus paisanos salieron a advertir que no los aceptarán. Temen que sean portadores del COVID-19.
“Vendrán por donde sea, pero no en nuestra presencia porque muchos podrían contagiarnos, peor acá donde estamos lejos de la ciudad. Ya hay varios y no queremos eso”, dijo Ofelia Quilca, pobladora del distrito de Progreso, provincia de Azángaro.
El gobernador de Puno, Agustín Luque, informó que serán solo 200 las personas que llegarán procedentes de la capital y cumplirán con la cuarentena en el hotel Libertador Isla Esteves. Luego retornarán a sus comunidades quienes necesiten viajar a sus provincias.
“Que el gobierno regional se encargue de ellos, pero acá no vienen. Eso es acuerdo de la comunidad. Cualquier persona puede contraer ese virus y no estamos dispuestos a aceptar eso. No queremos morir ni sufrir. Acá hay muchos ancianos”, advirtió en una radio local José Flores, de la comunidad de Cuscalla, zona alta de Ilave.
El panorama se repite en varios poblados del altiplano. Prefieren enviarles ayuda a sus paisanos antes que retornen de un lugar donde hay bastante contagios y casos positivos de coronavirus con varias muertes.