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Sociedad

Empresas de turismo y restaurantes quebrarán por crisis del COVID-19

Golpeados. Viven de los turistas, cuya actividad se mantendrá postergada mientras las fronteras se mantengan cerradas. El golpe lo sienten operadores de Cusco y Arequipa, dos regiones turísticas del sur. Esperan que el gobierno también los apoye.

larepublica.pe
Vecinos cerraron rejas.

Fiorella Montaño

Arequipa

“Muchos no subsistiremos tras la cuarentena”, dice Roberto Zavala cuando se refiere al futuro de los negocios que giran en torno al turismo. Tiene una agencia de viajes en Arequipa, con la emergencia esta le genera más egresos que ingresos.

Tras decretarse la inmovilidad social y el cierre de fronteras, varios turistas que tenían previsto visitar Arequipa entre marzo y abril cancelaron sus planes y pidieron la devolución de su dinero. Otros reprogramaron sus visitas. No tiene ingresos.

Como él, otros operarios turísticos de Arequipa se preguntan si podrán sobrevivir a la crisis que el nuevo coronavirus generará en el sector. Si el 26 de abril se levanta la cuarentena, ellos no podrán volver a sus actividades de manera normal. El transporte aéreo seguirá restringido y pocos peruanos o extranjeros tendrán dinero para gastarlo en viajes de placer. La crisis es global.

La Asociación de Agencias de Viaje y Turismo de Arequipa (AVIT) estima que recién a finales del 2020 o inicios del 2021 se normalizará su actividad. Hasta esa fecha, muchas empresas cerrarán y miles de personas se quedarán sin trabajo.

Jorge Valderrama, titular de AVIT, indica que en Arequipa hay 20 mil familias dedicadas al sector, pero que la mitad de ellos se podrían quedar sin trabajo este año. Se estima que solo en este mes se produzca una pérdida de S/50 millones en este sector. La pandemia golpeó al país en una de las épocas de mayor movimiento turístico, Semana Santa. Ante el anuncio de la suspensión perfecta de actividades, muchos empresarios de este sector optarán por aplicarla. Valderrama señala que sin ingresos es muy difícil mantener la planilla.

Restaurantes en Cusco

Cusco es el principal satélite turístico del país. Miles llegan a conocer la milenaria cultura inca. De ese flujo viven discotecas y restaurantes, hoy golpeados por la pandemia. Cerrar 45 días perjudica a empresarios y trabajadores “Si no vendemos y no facturamos, entonces no tenemos para pagar a los proveedores, los servicios, alquileres y, lo peor, para pagar las remuneraciones”, explica Carlos Moscoso Perea, dueño de la picantería La Cusqueñita, una de las más conocidas del Cusco.

Moscoso emplea a 65 trabajadores. Si bien el gobierno ayudará con el 35% de la planilla, el dinero todavía no llega. “Hemos tenido que pagar la planilla de marzo. Abril ya hemos dado adelantos”.

El empresario cusqueño mantiene los pagos a sus empleados. Hasta ahora no ha despedido a ningún trabajador, pese a no tener ingresos. También ha tenido que gestionar que sus créditos con el banco sean prorrogados. Moscoso señala que lo peor que puede ocurrir después de levantarse la cuarentena es que los restaurantes sigan cerrados, o que solo atiendan delivery. “Ahí las pérdidas serán enormes”.

Según Moscoso, el gobierno debe crear un fondo de subvención para este tipo de negocios de por lo menos el 100% de las ventas de un mes para poder sobrevivir los próximos 6 meses.

Asimismo, la empresaria Yudith Kana, dueña de la chicharronería Sumac en el distrito de Saylla, refiere que el efecto ha sido grave y será aún más con la ampliación de las restricciones. “Que el gobierno vea la forma de cómo podemos trabajar, pero sin riesgos. Uno tampoco puede arriesgar su vida”, reclama.

Plantean reactivación regional

Jorge Valderrama indicó que pidieron un plan de reactivación de este sector al Gobierno Regional de Arequipa, pero no fueron escuchados. También piden una atención de parte del Ejecutivo para atender su problemática especial.

Valderrama dijo que todas las empresas del sector pagan el Impuesto de Turismo Peruano DY, destinado para que se realice promoción. Pidió que el Estado lo reinvierta en las empresas que ahora afrontan una crisis. Este impuesto se paga por cada boleto girado.

El gremio turístico también se sumó a las críticas a la banca peruana por dar préstamos con intereses comerciales en época de crisis.