Un grupo de vecinos impidieron el entierro de un fallecido a causa del COVID-19 en el Cementerio General de Cañete. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú (PNP) intentaron calmar a los ciudadanos que expresaban sentir temor por un posible contagio del coronavirus.
Las autoridades de salud también intentaron explicar a los pobladores sobre el protocolo para muertos por el coronavirus; sin embargo, los ciudadanos se enfrentaron a los militares para evitar su entierro. Ante ello, la Policía detuvo a una persona tras intentar agredir a un agente.
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El cadáver fue nuevamente trasladado a la Morgue de EsSalud, a la espera que las autoridades sanitarias decidan dónde se enterrará al muerto. En Cañete, no existan crematorios, por lo que se optó por la sepultura. No obstante, según personal de salud, ya pasó más de 36 horas y el cadáver continúa sin encontrar un espacio en un cementerio.
Los familiares se encuentran en la incertidumbre y piden que se pueda dar pronto el entierro. Al respecto, el alcalde de Cañete, Segundo Díaz, explicó que este cementerio era clandestino y no contaba con los permisos para el funcionamiento.
“No tiene autorización municipal. Hacer las coordinaciones con todas las autoridades a fin de ver un lugar distinto”, indicó a Latina. Si bien, según la norma del Ministerio de Salud, recomienda la incineración del cuerpo como primera opción, en Perú, más de la mitad de regiones no cuenta con dichos establecimientos, por lo cual se opta por la sepultura.
En la actualidad, solo existen 13 regiones que cuentan con crematorios, entre ellas, Lima y Callao.