Por: Ysela Vega.
Daniel Chicoma Sotomayor tiene 59 años y padece de cáncer al riñón. Es profesor por vocación y su vida la dedicó a la enseñanza de alumnos de nivel secundario. Aunque ahora no solo debe afrontar con el tratamiento complejo para superar su enfermedad, sino el despido presuntamente arbitrario por parte de su empleador: el colegio Nazareno.
La República conversó con Chicoma, quien afirmó que los promotores del centro educativo que brinda educación inicial, primaria y secundaria no le renovaron contrato por no ser cristiano y no pertenece a la congregación religiosa (Nazareno).
“No respetaron mis derechos laborales, ni mi estado de salud a pesar de mi correcto desempeño como docente”, expresó.
El denunciante afirmó que los responsables de la institución educativa no le quieren reconocer sus 17 años de servicio. “Existen documentos que sostienen que laboré en el colegio desde el 2003 con el dictado del curso de química”, lamentó lloroso.
Chicoma exigió a las autoridades de la Gerencia Regional de Educación tomar cartas en el asunto, y evitar una injusticia.
Del mismo modo, Ervert Leyva señaló ser otro de los docentes despedidos. “Al menos a 24 profesores nos cesaron sin que se cumpla con el procedimiento conforme establece la ley”, indicó. Agregó que la representante del colegio Grebby Burga confirmó en un acta policial que el despido es por no profesar el cristianismo.