La Navidad y Año Nuevo están a la vuelta de la esquina; y junto a la comida, los regalos y los encuentros familiares, llegan las celebraciones con fuegos artificiales. Estos pueden ser entretenidos para miles de personas al rededor del mundo. Sin embargo, son altamente perniciosos para los perros.
Cada año, usuarios suben a redes sociales la manera en que sus mascotas sufren con las explosiones. En la siguiente nota, te explicamos las reacciones que pueden tener los canes al escuchar estos fuertes ruidos y cómo aliviarlos.
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Gregory Berns, neurobiólogo especializado en el comportamiento de los perros, explica que la reacción de estos animales ante la explosión de pirotécnicos, que puede contemplar ataques de pánico, miedo descontrolado y taquicardia, sucede porque los canes no tienen ''la capacidad de racionalizar su ansiedad, y puede que sufran una forma más cruda e intensa de terror''.
Además, indicó que la explosión de petardos cerca a ellos puede dañar su capacidad auditiva de manera irreversible. Todo esto, con perros que cuentan con un hogar. Para los canes callejeros, os efectos pueden ser peores.
Perros - fuegos artificiales
Un estudio de la Universidad de Bristol, revela que aproximadamente la mitad de perros en situación de calle sufren de problemas auditivos. Además, otro estudio esta vez hecho por la Universidad de Oslo atribuye las causas del terror y deterioro de los perros a los petardos y fuegos artificiales.
Si bien no hay una fórmula para aliviar el temor de nuestras mascotas, uno de los consejos más frecuentes es mostrar tranquiliad y reconfortar al animal. Bajo ninguna circunstancia debes mostrarte nervioso o estresado por la situación, ya que ellos podrán notarlo.
Otra manera de calmar la ansiedad de estos animales es intentar reducir o camuflar el ruido. Para eso, puedes bajar las persianas, cerras las ventanas o subir el volumen de la televisión. Ubicarlos en la zona de la casa que reciba menos ruido exterior también puede ser una opción.
Otra recomendación es colocarles tapones en las orejas, distraerlos con su juguete favorito o consultar con su veterinario si es posible darles algún tipo de medicamento para reducir su ansiedad y evitar consecuencias mayores.