Edwar Quispe
Después de cuatro horas de exposición y debate, el Poder Judicial aceptó la prisión preventiva de nueve meses a Juan Ruelas Hillachura (41) por la muerte de Noelia Cayro Pizarro (34).
La familia se mostró conforme con la medida, pero no aceptó el delito postulado por el Ministerio Público: homicidio calificado por ferocidad. Creen que debió ser feminicidio, tomando en cuenta que ambos eran pareja. Por el primer delito, este podría recibir 35 años; en cambio, el feminicidio se castiga hasta con cadena perpetua. Por ello, pidieron asesoría legal, para que los ayude a seguir el proceso. Ellos piden la cadena perpetua para Illachura.
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Una docena de parientes y amigos de la fallecida madre llegaron hasta el módulo de justicia de Mariano Melgar. Exigen la máxima pena para Ruelas Illachura, quien, el último lunes por la noche, arrojó el cuerpo de su vecina a la torrentera de San Lázaro, en Miraflores, para evadir su responsabilidad en torno a su muerte. En horas previas a la muerte, ambos bebían licor en la casa de Illachura.
La fiscal provincial penal, Marilú Ramírez Tito, sustentó ante la jueza Rosa Herrera Quispe las pruebas que incriminaban al chofer de colectivo.
La más fuerte fue el resultado de la necropsia. La madre sufrió, por lo menos, cinco golpes que destrozaron su cráneo. Según los médicos, no pudieron ocurrir por una caída, si no que las lesiones fueron provocadas por golpes con un objeto sólido.
Esta prueba desbarataría la declaración del procesado, quien narró a la policía que se resbaló y cayó al suelo golpeándose. Su defensa explicó que si hubo varias lesiones, fue porque, cuando su defendido trató de levantarla, se le cayó varias veces al suelo.
Otro de los argumentos de la fiscalía fue el hecho de que el sujeto haya sacado el cuerpo envuelto en un edredón de su cama, sobre una carretilla, para luego arrojarlo a una torrentera, en lugar de llamar a las autoridades o tratar de prestarle ayuda médica.
Este es un agravante, porque el acusado pretende evadir su responsabilidad. La fiscal postuló como pena probable 25 años de prisión.
La familia de Cayro no estaba de acuerdo y esperó a Ruelas Illachura afuera del juzgado para castigarlo, pero la policía lo impidió sacándolo por una puerta lateral y no por el portón principal. Sin embargo, el abogado defensor del colectivero no corrió con tanta suerte, le tiraron huevos e intentaron golpearlo.