Lamentable. Una de las peregrinaciones más multitudinarias del mundo católico no solo fue evidencia del fervor y la devoción de cientos de fieles, sino también de la falta de conciencia sobre el cuidado del medio ambiental. Nada menos que 22 toneladas fueron recolectadas en la ruta que conduce al santuario del Señor de Qoylloritti, en Cusco.
El Instituto de Manejo de Agua y Medio Ambiente (IMA) explicó que los desperdicios recolectados constaban en su mayoría de plásticos y botellas. Pese a las recomendaciones que brindaron las autoridades días antes del importante peregrinaje, muchos visitantes arrojaron a su paso, sin medir las consecuencias.
El director ejecutivo IMA, Hermenegildo Molina Quispe, dio a conocer esta situación y aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a la colectividad para no seguir contaminando el santuario ni sus alrededores, en próximas peregrinaciones.
Cada año el ascenso hacia el templo del Señor de Qoyllurit’i congrega a miles personas que llegan de diversas regiones del Perú y del extranjero. Los peregrinos caminan más de 8 kilómetros hasta llegar a los 4 mil 600 m.s.n.m. donde se sitúa el nevado de Sinakara, ubicado en la provincia cusqueña de Quispicanchi.
En junio, los feligreses suben hasta lo más alto de la cordillera de los Andes para ofrecer sus oraciones pidiendo un milagro al Señor de Qoyllurit’i. Según la creencia, para que se cumpla, el devoto debe hacer la caminata tres años consecutivos. Otros hacen la caminata en agradecimiento a un milagro ya cumplido.